Muchos escritores dicen temer a la página en blanco. Yo me llevo muy
bien con ella ya que permite plasmar en ella cualquier cosa, cualquiera tema
particular que se venga a la mente. La que me pone ansioso es la página
escrita, esa que merece revisión, esa que pide ser editada a fin de obtener una
obra digna de inversión en tiempo, papel y tinta.
Hay que ser respetuoso con el lector, ¿Por qué alguien debiera dedicar
tiempo de su vida en leer mi mensaje y no el de otro autor? Existen Neruda,
Parra, Huidobro, Mistral, Donoso, Uribe Echevarría, Bolaño y tantos otros que
indudablemente son un tesoro. Esas páginas doradas de la literatura chilena son
aquello a lo que espero, algún día, llegar. Desbordan estilo y son rebosantes
de hermosas figuras literarias; cierto es que en la medida que un país aprende
a escribir también lo hará respecto a leer.
Hay que ser auto-crítico, es más que ostensible que no tengo el mínimo
de mérito como para decir que soy un buen literato, mis líneas son casi
sencillos descriptivos de mis experiencias de vida y aunque únicos e
irrepetibles no necesariamente deben ser considerados obras de arte, en este
sentido me falta bastante que desarrollar. Mi forma de lanzarme a la palabra es
bastante burda y concisa, quedo en deuda de todos quienes se han atrevido a
acercarse a mi prosa; es más, la deuda cobra intereses de modo exponencial
cuando se trata de las personas que por cortesía o buena crianza me han dado
halagos sobre mi quehacer.
¿Obra o sobra? No soy quien para determinar una u otra alternativa,
queda mucho camino por recorrer aún. Un par de novelas en eterna corrección,
muchos cuentos archivados, décimas sin pasar del todo en limpio, ideas en el
aire, proyectos varios que piden dedicación, compromiso y ambición. Se las
estoy dando a cada uno a su tiempo para que en, difícil determinarlo, quizá
cinco o diez años haber publicado un mínimo de trabajos digno y respetable; por
último con la calidad necesaria para no ser lanzados de inmediato a la basura
con gesto de asco.
Al parecer me he, y he mentido al mundo. Existe la probabilidad de que
haya puesto letras sobre este folio con el único fin de quitarle su pulcritud
total, aunque creo que aún así algo se aprende de la experiencia.
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