martes, 20 de marzo de 2012

Arte moderno

-         Muévelo un poco hacia la derecha.
-         ¿Así?
-         Un poco menos, ahora enderézalo bien.
-         Ok.
-         Da un paso atrás, quiero ver como afecta el azul cobalto al ocre.
-         ¿Aquí está bien?
-         Perfecto. Ahora, no me convence del todo la primera de allá. Es muy pequeña para      llenar toda esa pared. O la ponemos en otro lugar o ponemos varias allí.
-         ¿El color de los marcos te gusta?
-         Habría preferido algo un poco menos llamativo, con un color más oscuro de los que ocupo en mi paleta. Pero el formato es lindísimo, pongamos la luz desde más arriba para que impresionen más las imágenes que los marcos.
-         Lo que necesites, tú pide y yo hago.
-         Entonces quiero un lomo completo de la Fuente Germana.
-         ¿En serio?
-         No!, no alcanzo a comérmelo. Dejémoslo para otra vez.
-         ¿Nervioso?
-         Un tanto, nada del otro mundo.
-         Tranquilo, cuando comiencen a llegar los invitados te vas a relajar.

Él, mirando los folletos recién impresos, pensaba realmente en el pasado. Se acordó de ella, que en el encierro le había enseñado a pintar.
Julia quería que todo estuviese perfecto en el lanzamiento. Mucho había en juego y se había arriesgado a apoyar la carrera de un pintor sin renombre, sin estudios ni teoría. Ese era el as bajo la manga, jugársela por hacer cosas nuevas fuera de lo que la acuarela significaba hasta el momento en la escena artística.
Él, en realidad no sentía nervios. Rememoraba a la chica de bata esmeralda, color que antes de conocerla era solamente un verde. Ella le enseñó a tomar el pincel, ella le hizo conocer un medio donde cualquier cosa podía ser expresada en sus propios términos.
Comenzaron a llegar los invitados, con cara de críticos serios y respetados algunos, con rasgos de vanguardistas y críticos al sistema otros, y una pequeña parte que al ver las bebidas gratis entraron a curiosear.

Él, miraba a sus propias creaciones y pensaba en lo mágico que es salir de un mundo y entrar a otro. Le encantaba eso, pero desconocía el peso que tenía antes de conocerla a ella. Julia lo miraba en la distancia para alentarlo a conversar con los invitados, el discurso ya había sido lanzado y por protocolo correspondía que después del aplauso él tomara las riendas de la fiesta.
Él deseó entrar en alguna de esas pinturas, la que más le llamaba la atención (a pesar, de haberla pintado con sus propias manos) era una en que aparecía una mujer de vestido blanco con flores celestes, azules y verdes caminando de la mano con un mago. Para lograr la expresión del segundo personaje había estado estudiando muchos ancianos en las plazas. Pero la figura de la mujer surgió de la nada, su mano era guiada por quien sabe que instinto, dando como resultado la figura hermosa que ahora contemplaba. Los ojos heterocrómicos, el cabello castaño hermoso, la nariz hermosa.
Mirando el cuadro con algo de distancia se percató de que la cabeza le había quedado desproporcionada, lo que le daba un aire especial al encuadre. 
Los colores los había escogido al azar y salvo por esa figura angelical con cara de niña y cuerpo de mujer todo el cuadro guardaba gran distancia en cuanto a matices con el mundo real. Eso también acentuaba el carácter prístino de la mujer allí presente.
Julia le abordó.

-       Hay un par de personas muy interesadas en hablar contigo, trata de no conversar con ambos a la vez y por nada del mundo les contradigas.
-       Ok, ¿Dónde están?
-      Allí el Señor Olsen, allá el Señor Carin. Él es hermano de un escritor famoso hace unos años.

Mezclaba las imágenes, su maestra y la chica mágica del cuadro eran una sola. Se dirigía a paso lento hacia el lugar que ocupaba Carin, aunque no sabía por que le hizo gracia hablar con él primero, pero la chica de sus ensoñaciones cruzó la puerta en el mismo instante. Su atención y su caminar se dirigieron hacia la chica mágica.
Carin no entendía nada, Olsen se acercó a conversar con él sin que Julia pudiera hacer mucho más que una mueca de terror.
La contempló un momento, le dijo algo imperceptible para el resto de la concurrencia, la tomó del brazo y se fueron del lugar.

Él ya no pinta.
La chica del encierro sigue encerrada.
Carin se encuentra arrestado por propinarle severos golpes a su colega Olsen.
Olsen luce una cara más joven y lozana, después de las operaciones reconstructivas decidió darse unos retoques.
Julia sigue en el rubro de la pintura, montó su propia galería sin ser manager de nadie.
La chica mágica tiene 3 meses de embarazo.

jueves, 15 de marzo de 2012

Luz, cámara, acción


En los últimos meses había recibido extrañas señales de parte de la vida, había experimentado sueños que se alejaban totalmente de su capacidad de análisis, vio todas las escenas de la película sin descubrir el final. Hoy, cuando mucho tiempo ha pasado y luego de largos y tortuosos análisis llegó a una conclusión.
Se sabía más frío, menos vulnerable y sensible. En resumen, se volvió un ser humano común y corriente que goza haciendo cosas que tal vez no tengan beneficio y que anestesia sus sueños de cambiar el mundo. Tomó la decisión, luego de mirarse al espejo, de no perder de vista al sujeto que se le presentaba al frente.  A ese sin falsa ostentación, a ese sin un falso ego hipertrofiado, a ese que no mira los errores de los demás, a ese que es seguro de sí mismo.
Afortunadamente, se dio cuenta de que era hoy más él que nunca. Se había encontrado bailando extrañas danzas en medio de la multitud, cantando melodías apócrifas para los demás, viendo el mundo con ojos de niño. 
¿Qué podía perder ya? Todo cuánto importaba le había sido quitado: amigos, parientes, la ilusión de amar, hasta su perro le había sido arrebatado.
Tomó la opción de no pedir ayuda, de resolverlo todo sólo y en el mayor de los silencios, de privarse de ciertas cosas en el hoy a fin de generar algo bueno a futuro. El viaje podía ser largo, podía efectivamente no tener retorno. No era importante, lo trascendente era el objetivo a largo plazo, ser feliz; tal cual dijo como respuesta a una maestra cuándo era pequeño. Recordaba que ella preguntó: “¿Qué quieres ser cuando grande?”
El cambio geográfico, de hora, de costumbres y hábitos le parecía un desafío simpático. Mucha de su vida presente se cimentaba en un bastión del pasado, hoy derruido y horrible. 
Nada de eso quedaba y era mejor derribar la casa para procurarse una nueva y bien construida desde los cimientos antes que utilizar las viejas ruinas en pos de ahorrar recursos, de ellos el tiempo siempre el más preciado.
¿Se puede confiar a esta altura en alguien que no seas tú mismo?, ¿Las palabras que llevas en la mente sirven de algo?, ¿Qué son los recuerdos sino reacciones ante eventos particulares? Del amor ni hablar, de la fe ni hablar, de todo cuanto no sea tangible, medible y demostrable, ¡ni hablar!

martes, 13 de marzo de 2012

Conversaciones gratas

- ¿Cómo amaneciste?
- Yo bien, ¿y tú?
- Super.
- ¿Y esa cara de pensativo?, ¿Pasó algo, hermano?
- No para nada, estaba pensando en que diseño haré para las dagas de mi guitarrón.
- Te lo tomaste en serio, eso habla bien de tu trabajo. Hermano, que bacán es tu pega. A veces hasta te envidio.
- Es algo que se puede aprender, no es nada del otro mundo. Basta ponerle empeño.
- Si, pero yo veo que vas más allá. Ya llevas rato con el tema. Eso quiere decir que lo haces con respeto.
- Es que hay mucha mística detrás de esto, mucho simbolismo, mucho cultor y cada una y todas esas cosas se merecen el mayor respeto del mundo. Yo soy apenas un cabro chico y Don Alfonso ha depositado toda su confianza en mí, no quiero decepcionarlo.
- Hermano, con la conciencia que tienes sobre el trabajo y lo que has investigado difícil. Además que es el primero, yo lo vería como un ensayo. Tienes tiempo para hacer muchos más.
- ¿Qué sabes sobre el espejo?
- El espejo…el otro día me explicaban que es para que la gente se refleje en el cantor y el cantor a su vez proyecte su brillo en la gente. El cantor toma las vivencias del público y canta sobre ellas.
- Yo leí y escuché a alguien decir que era para que el diablo se reflejara en él y se espantara, así no se mete dentro del instrumento.
- Tomémonos un vinito y la conversamos más.
- Uffff, con este calor y a esta hora mejor que no.
- Mejor pa’ mí, más tomo.
- Hay que ponerle al guitarrón algo que te identifique, algo que hable ya sea sobre el intérprete o el constructor.
- Podría ser algo relacionado con las cosas que haces, que son hartas.
- Resumirlas todas y lanzarme con algo. Mmmmmm, hay que seguir pensándolo.
- ¿Has encontrado alguna teoría buena sobre el origen del guitarrón?
- Hay varias, pero ninguna totalmente convincente.
- Yo creo que lo diseñó un mestizo, por que hay una mezcla de varias cosas ahí.
- La guitarra, la vihuela española, el laúd y quien sabe cuanto instrumento más que no sobrevivió. Incluso en algún libro de Uribe, creo, dicen que es muy previo a la guitarra y no una adaptación como todos creen. Punto de origen Pirque.
- Siempre Pirque.
- Es una tierra encantadora, encantadora por que no sufre por la modernización. La han dejado ser y estar como siempre ha sido y estado.
- Hay que buscar sobre el zurdo Ortega, él fue quien les enseñó guitarrón a los primeros guitarroneros de Pirque y de repente desapareció. Brígido, así chao. Con el encordado y todo al revés.
- ¿Eso te lo contaron o lo leíste?
- No me acuerdo hermano, parece que las dos cosas.
- Jajajaja, quizá lo soñaste.
- ¿Te imaginai?
- Yo me soñé unas décimas, mira, acá están escritas.
- Pero hay que aprendérselas de memoria.
- Bueno, entonces te las canto. Vamos a comprar unos pancitos pa’l desayuno y te las canto por el camino. ¿Te sabes la del diablo?
- No, no he escuchado ese toquío.
- Va así…