lunes, 25 de junio de 2012

Impacto


Paso número uno, elegir bien la munición e insertarla en mi arma. Paso número dos, sellar con total cautela, precisión y calma la tapa del tubo con el que dispararé. Tercer punto, una vez elegido el objetivo mantener la mano segura y firme con tal de apuntarle con éxito. Cuarto, dar el mayor impulso al proyectil.
Quinto punto (el más importante de todos), reirse a carcajadas después de que el pedazo de cáscara de naranja que puse en mi lápiz Bic azote la cabeza de mi compañero elegido como víctima. Sexto punto (opcional), ir de visita a inspectoría si el hecho es avistado por el profesor de turno.

domingo, 24 de junio de 2012

Luli


- Estoy en Mac-Iver – Me dice desde el otro lado del teléfono.
- Voy para allá. – Respondo, y dirijo mis pasos hacia la dirección que me dio. Bajo la lluvia me es cómodo caminar hoy, aunque no tengo la más mínima idea de hacia donde voy.
Llego al sitio, pero no me parece el lugar adecuado para realizar una exposición de pinturas. Doy un par de vueltas y decido llamarla de nuevo.
- ¿Cuál era el número? Efectivamente es allí. Baja a buscarme. Mientras la espero el guardia me pregunta. ¿Viene al cabaret o a la exposición?
– Exposición.
- Suba.
Allí está ella. Me río mucho con lo anómalo del evento. Ella me explica un poco sobre el asunto, el punto común entre este establecimiento y las pinturas es el erotismo. Observo las obras, todas de estilos y escuelas distintas. Un muy gran número de autores se reúne en el lugar.
Repentinamente las luces tienen un cambio en su intensidad y una voz animosa alenta al público a aplaudir a la muchacha que aparece de la nada y sube a un caño que había permanecido invisible para mí.
Enmascarada y con una vestimenta cargada de sensualidad empieza a bailar al son de una canción más agresiva que incitante. Hace lo que sabe y sabe lo que hace, los jovencitos que la rodean estás fascinados. Cámaras y teléfonos portátiles surgen desde todos los rincones para inmortalizar el momento.
A mi izquierda un cuadro de Luli, funciona de un modo extraño ya que las proporciones, los matices y las formas no guardan relación alguna con la realidad. No obstante, logra engañar mi vista y percibo que es el personaje en cuestión. Los brochazos son muy poco someros, las marcas del pincel surcan la superficie del lienzo.
Miro a mi derecha, muchas mujeres de edad avanzada se aglomeran en un enorme sillón de cuero rojo. Su reacción ante el espectáculo es de lo más variopinta: unas bailan, otras se tapan la vista y hacen gestos de desaprobación, una que otra hace mímicas imitando los movimientos que la stripper realiza en el tubo metálico.
No suelo venir a estos lugares, en realidad de no ser por algo así nunca habría conocido este club. Otras chicas se acercan para mirar el desempeño de su compañera. Las veo, responden con una mirada coqueta todas. Sus rostros son hermosos, me muestran una juventud que no va más allá de los veinte años. Me pregunto por que razón el destino las habrá llevado a dedicarse a algo así.
La música deja de sonar y la bailarina baja del escenario ante un aplauso multitudinario. Supongo que se va a vestir, pero no lo hace. Va de lado a lado recibiendo felicitaciones de los asistentes y sacándose fotos con ellos. Finalmente se ubica muy cerca de mí sin ningún tipo de apocamiento y timidez, finalmente el que se incomoda un poco con la situación soy yo. Me ruborizo bastante y ella al darse cuenta se pone a reir.
Mi amiga está conversando con algunos personajes en otra locación, yo aprovecho de pegarle una última mirada a los cuadros en exposición, algunos son de sumo interesantes.
Una chica guapísima se acerca a pedirme fuego, ella reparte unas revistas dirigidas a hombres. Me pasa una y me da gracias por haberle facilitado un encendedor, le pregunto algunas cosas sobre el lugar y su opinión sobre la exposición de pintura.
- Es raro, pero entretenido. Mire, la gente se lo está pasando de lo más bien.
Mientras evalúo el ambiente le contesto. – Tienes total razón.-
Su acento es caribeño y pronuncia las palabras de modo muy dulce y rítmico, le hago un gesto y me despido.
Cerca de la escalera empezamos a reunirnos con los compañeros de mi amiga.
Pregunto a Génesis: -¿Dónde vamos ahora?
- No sé –responde. Un súbito temblor risueño recorre mi cuerpo.

jueves, 21 de junio de 2012

Resfrío


Basta mojarse más de lo recomendado un día, ponerle un par de vitolas más al sistema, cantar unos cuantos tangos de más y estás frito. El resfriado que puntualmente ataca cuando llega el solsticio está sobre ti. Sientes como se gesta en tu pecho y lo va llenando de desgano y te quita tu vitalidad. Nada que hacer durante unos cuantos días, nada que hacer que implique levantarse de la cama y hacer cualquier tipo de fuerza por pequeña que parezca.
¿Cuál es mi receta? La verdad, seguir los secretos de las abuelitas y tomar cuanto remedio casero sea posible. O bien te curas o te arrepentirás tanto de estar enfermo que lo pensarás muy bien antes de trasnochar en el frío.
Mientras se espera a que los remedios surtan efecto también hay alternativas. Escribir, leer, ver películas, hacer algo de música si la paila no está afectada, pintar dependiendo de cuan fuerte sea la afección pulmonar, etc. Por cábala quizá, o por evitar acordarme de que ya he estado enfermo es que voy turnando estas actividades. Decidí ver cuanta película pudiera, siempre y cuando su fecha de filmación fluctuara entre 1960 y 1970; como no si es sin duda la década más creativa que tuvo el siglo pasado. Si digo de la Historia no falta el que defiende el siglo de oro de Pericles, o la masonería, o a los egipcios y otras cuantas cosas más. Dejémoslo así y punto.
Una a una, en distintos idiomas, con los subtítulos escritos en los menos sospechados idiomas o bien sin ninguno incluido, a colores, en B/N, con poco o mucho presupuesto, asiáticas, europeas, norteamericanas, sudamericanas, cortas, largas, fomes, movidas.
Me cuesta respirar, siento que mis latidos se aceleran considerablemente. Una samurai ciega busca su venganza ante una rival de mucha menos edad y experiencia que ella, le perdona la vida pues percibe paz y bondad en su corazón.
Comienzo a toser y me duele mucho la cabeza. Un automóvil cruza raudo bajo la Torre Eiffel, el conductor y una guapa copiloto se besan apasionadamente sin mirar el camino. Mientras la cámara hace un paneo de sus rostros el fondo se mueve de una forma bastante rara y poco creíble en todas direcciones, llama mi atención pues el volante no ha cambiado de sitio ni un milímetro.
La fiebre llega a mí, siento que ese termostato interno que todos tenemos se fue por un rato al carajo. Los ojos me hierven. Un avión en el día D ataca un campo de concentración alemán, muchos muertos, heridos casi todos. Siete hombres se quedan atrapados en las bodegas subterráneas con que el establecimiento cuenta ¿Posibilidades de escapar? Casi nulas.
Me bebo una botella de dos litros de agua en algo que me parece casi dos sorbos y aún tengo sed. Estoy tiritando pero me sudan la frente y la espalda. El cadáver de una chica colorina yace en el llano abierto de un parque londinense. Es encontrado por dos pequeños niños que jugaban con un balón, sorprendidos van en busca de su madre quien antes de avisar a las autoridades como es debido lanza al aire un grito desgarrador. La mueca de espanto que su rostro esboza contribuye a hacer más estremecedora la escena.
Mientras respiro mi pecho suena, los pulmones hacen algo así como un quejido atresillado. No siento las manos. Cientos de pájaros esperan en el patio de un colegio al más mínimo movimiento que hagan los niños que se encuentran en clase. Ellos, sin saber de que estos ahora violentos monstruos voladores les acechan, cantan una melodía que provoca gran tensión y miedo en el espectador a fuerza de ser tan repetida.
Y así, se van mezclando y finalmente hay samurais navegando en botes vikingos, tanques pilotados por candidatos a la presidencia, katanas manejadas por músicos que hacen jazz, ovejas que explotan en el aire, bellos ramos de rosas rojas que cortan cabezas y otras múltiples escenas que surgen cuando entre un capítulo y otro me quedo dormido. No he entendido del todo bien ninguno de los guiones, he pasado la vista por horas de celuloide y creo que tendré que volver a hacerlo de nuevo.

lunes, 18 de junio de 2012

De amor y odio


Me quedó dando vueltas el asunto, la palabra aquélla que he escuchado pocas veces y nunca he pronunciado en contra de otro ser humano. Es que hay conceptos concretos que uno puede imaginarse de manera transparente cuando uno los oye, por ejemplo, rojo, perro, casa, auto. Si uno le pregunta a un niño sobre conceptos así tendrá siempre una idea y una referencia en la que basarse y nos mencionará las características evidentes de un ejemplar prototípico.
Ahora, si le pido hasta al más evolucionado de los seres humanos que haga una ponencia sobre el amor, la paz, la moral, etc., más de una polémica se va a presentar de seguro y los matices que cada persona otorga son finalmente elaborados desde el propio entendimiento y muchas veces construidos para hacernos más cómoda la subsistencia.
A mí en lo personal me quedó dando vuelta la idea del odio, cuales son sus límites y que significan. Como soy un sujeto racionalista y trato de ejercitar mi lógica cada vez que puedo hice como hago por costumbre, consulté al diccionario. El Larousse me lanzó lo siguiente: “Antipatía y aversión hacia alguien o alguna cosa”.  La RAE me dice: “Antipatía y aversión hacia algo o hacia alguien cuyo mal se desea”.  Un libro de psicología sesentero tipo icarito que encontré por ahí dice: “El odio es un sentimiento de profunda antipatía, rencor, disgusto, aversión, enemistad o repulsión hacia una persona, cosa, o fenómeno, así como el deseo de evitar, limitar o destruir el objeto odiado”.
Miro las definiciones y creo nunca haber sentido algo así, y de haber estado enojado, rencoroso, molesto o enemistado con alguien el componente de agencia en relación a “destruir el objeto odiado” no me cabe en la cabeza. Entonces la cosa es a muerte, se dice y hace lo que esté al alcance para causar daño, eso es el odio.  Se va entonces de mis límites, no permite opción de diálogo y no origina nada bueno.
Me llevó tambíen a pensar en el polo contrario, y a pesar de que he leído bastante del asunto no podría definir el amor. No es cosa rara, la RAE lanza 14 acepciones distintas. En fin, las leo, las analizo y creo que eso no existe, como tampoco la paz, la ética y todas esas cosas. ¿Por qué creo esto? Por que simplemente fueron creados y quizá, no descarto la posibilidad que experimentados, por espíritus mucho más completos que nosotros en eras remotísimas. Por personas en toda su expresión, para nosotros, mamarrachos constantemente distraídos por el dinero, la fama, el poder y en definitiva el egoísmo, estos conceptos son inalcanzables. Son ideales más que cualquier otra cosa.
Yo mismo, creí en algún momento haber conocido el amor, pero si es tan apetecido y buscado, ¿qué causó que en mi memoria se borrasen detalles hermosos de mis vivencias?, ¿por qué no me sorprende nada el que haya vuelto a mis actividades comunes?, ¿por qué no le encuentro sabor al día a día? Dos opciones, o el amor no es lo que dicen, o lo que dije que era amor no lo era. ¿Por qué la confusión?
La respuesta es simple, por que el devenir propio de nuestros días no da lugar para alimentar de verdad el alma, los cabros chicos veganos, los Indira de feria, los vegetarianos, los católicos con sus pomadas, los evangélicos con sus restricciones, los luteranos y sus diezmos, da igual quien, están todos supeditados a pagar las cuentas, a tener que ir al supermercado, a desplazarse en Metro y hacer alguna actividad para devengar.
No me considero excepción, y cada vez que tengo una epifanía, una idea creativa sobre la cual pintar o escribir, un proyecto que se me ocurre aparentemente de la nada, nunca falta alguien que lo atribuya a cierto grado de falta de cordura de mi parte. Entonces tener algún tipo de comunión espiritual es caricaturizado, lo mismo que el amor, que el odio verdadero, que la sabiduría y el conocimiento y tantos otros arquetipos. Estamos de hace rato queriendo hacer entrar un cuadrado en un forma circular más pequeña.
Sé que suena y se ve muy depresivo, pero no creo estar errado. Me pregunto también, si estas emociones, estados o como quiera que se les llame, ¿Están orientados/as hacia que objetivo?. Dejo la pregunta abierta, pues en este momento no puedo esbozar respuesta.

miércoles, 13 de junio de 2012

A veces


A veces te despiertas y no obstante te quedas acostado más del tiempo necesario, retrasando así toda tu jornada. Para rectificar este ocasional regaloneo le quitas tiempo al desayuno y por lo mismo comes menos o bien decides tomar un taxi en vez del habitual bus con el fin de intentar llegar a tiempo al trabajo. Si llegas tarde, te quedas a compensar la deuda a tu jefe con un extra en la tarde o acortando el almuerzo.

A veces una palabra se te queda pegada en la boca y en la mente y la pronuncias hasta que ya pierde sentido. Entre más larga sea o menos la uses más susceptible es que pase por este proceso. Las esdrújulas y sobre esdrújulas son las potenciales víctimas que más prefieres por ser más vulnerables a desarmarlas en sílabas

A veces se te viene una idea formidable a la cabeza y la escribes de inmediato sin importar nada más. Tristemente, no siempre recuerdas grabarla en el computador. Es una lástima que eso suceda, pero en más de una ocasión se ha dado el caso.

A veces te acuerdas de ella y los momentos gratos que pasaron juntos, la acaricias en tu imaginar y desearías haber hecho las cosas de un mejor modo. Pides persón por tus errores y le agradeces mentalmente todo; después algo te distrae y te devuelve a tu cotidiano.

A veces vas por la calle, en el Metro, o en verdad en cualquier lugar donde haya gran cantidad de gente, y al mirar a la rápida a un desconocido crees ver el rostro de un pariente cercano ya muerto hace años. Te reincorporas y diriges la vista a otro lado con disimulo ante la cara curiosa del extraño.

A veces piensas en que pasaría si te dedicaras a otra cosa nueva y no explorada. Vas lanzando líneas y planeando el quehacer. Sacas presupuestos y evalúas la viabilidad del proyecto en cuestión. Te gusta hacer de todo un poco y disfrutarlo, pero miras a tu alrededor y encuentras una serie de cosas pendientes.

A veces ves una mujer bonita en la calle y le hablas. Tienes buena llegada y eres de conversación interesante. Terminan en un café charlando de cualquier tema simpático, el tiempo corre de otro modo y te das cuenta de lo feliz que te hace conocer gente nueva de forma azarosa. Puede que retengas el número de teléfono como que lo olvides, puedes llamarla o perder la motivación.

A veces lees mal y no entiendes un carajo el sentido de las frases literarias, retrocedes un poco en el texto y te ríes por no haber sido capaz de comprender a la primera. Empiezas a leer más lento y con mayor precisión, te haces consciente de las ideas y las retienes.

A veces te quedas mirando el celular con cara de idiota y marcas un número que sabes está prohibido. Dudas, pero marcas igual. Las consecuencias son atroces para ambas partes involucradas, la intención de arreglar las cosas por si solas no es suficiente cuando el aire está enrarecido.

A veces te estás quedando dormido y tu mente sigue funcionando. Casi en sueños te llegan melodías y piensas con total fatiga: Que excelente canción sería esta! Y sabes que se te olvidará. Por la mañana algo recuerdas, si la guitarra es amable contigo das con el tono y has creado algo nuevo.

A veces te pones a pensar en el tiempo, en su relatividad y en que no puedes ni crearlo, ni comprarlo, ni almacenarlo y que todos sin excepción tienen un día con el mismo número de horas. Cuando dejas de pensar te das cuenta de que has perdido tiempo valioso.

A veces quieres decir algo y te enredas, te vas por la tangente y se te olvida lo principal. Terminas diciendo cosas prescindibles y no logras determinar hasta que punto transmitiste el mensaje. Es difícil comunicar y lo tienes más que claro, hay que manejar mejor los nervios y el miedo, especialmente.

A veces te miras al espejo y ves al ser humano más hermoso del planeta, para los demás es ostensible la energía que transmites y te sientes caminando sobre una nube. Todo sale muy bien y te sientes pleno y lleno de vida.

lunes, 11 de junio de 2012

Adelanto

Como hacía todos los días Domingo, con total ritualismo, se duchó rápidamente para ir a buscar el diario que siempre leía. Aprovechaba también de pasear con su perro, un simpático basenji muy inquieto.
Ya vestido pensaba en que novedades podía tener el acontecer noticioso, y lo mucho que le gustaba leer la sección deportiva, el artes y letras y como colofón, la tranquila y sosegada tira cómica.
Comenzaron su caminata puntualmente a las nueve de la mañana como de costumbre. Ya sabía que el tramo duraba quince minutos exactos a paso calmado. Los feriantes ya se estaban ubicando en sus lugares, el aroma de la fruta le dio un fresco y agradable choque. Cerró lo ojos unos segundos y disfrutó del regalo.
Aparte de eso las calles estaban casi vacías, su perro aceleraba el paso para recorrer mayor distancia e ir marcando el territorio.
El kiosko le esperaba en la esquina con su hermoso azul rey, el dependiente estaba colocando algunas cosas en la parte de afuera una de las vitrinas. Luego de hacerlo se alejó un poco para observar que la distribución de los suplementos fuera la correcta y permitiera a su público apreciar la totalidad de ellos. Por eso le gustaba tanto a Isaías ir allí, era por lejos, el kiosko más ordenado y bien presentado que existía en toda la villa.
De vuelta a casa el pan recién horneado, el aroma de las empanadas, fragancias de las plantas recién regadas, la tierra mojada. Exquisitos deleites para su espíritu.
Dejó a su mascota en el patio, se sentó en su cómodo y caliente bergere negro. Encendió la lámpara pequeña que había en su escritorio, procedió a separar los cuerpos del periódico y los ordenó de acuerdo al interés que le suscitaban, desde el que menos placer le producía hasta al que más disfrute le otorgaba.
Encontró lo típico: las alzas de gasolina, del desempleo, de la polución atmosférica, de las manifestaciones; la baja de la popularidad de las autoridades políticas, de los niveles de felicidad, de la seguridad a nivel país, etc. La sección deportiva hablaba de las novedades respecto al cierre de los campeonatos de fútbol en las ligas más importantes del país. Luego se quedó impactado conlas bellezas de un museo egipcio que se mostraba con lujo de detalles, se detuvó en esa sección por un lapso considerable para retener la información que el facsímil le proveía.
Para terminar buscó la historieta, pero no logró dar con ella en el cuerpo en que debía estar. Un poco confuso empezó a revisar por completo el informativo escrito; página por página buscó con gran prolijidad y paciencia, como enfrentaba cada tarea que se le ponía por delante.
Por fin, y habiendo invertido muchos minutos encontró en el diario un agujero. Parecía que la historieta hubiera sio recortada del periódico intencionalmente. Frunció el ceño ante el misterioso suceso. Por la cavidad que había sido allí creada miró hacia la página siguiente y vio parte del obituario. No era algo que leyera, nunca le había interesado en realidad, pero ese día algo en su interior le hizo detenerse y mirar nombre a nombre. Puso gran atención a las condolencias, a las dedicatorias.  El último recuadro le conmovió ya que estaba dirigido a una persona con su mismo nombre y apellidos. Superado el breve impacto dirigió su vista a las fechas, habían nacido el mismo día que él; pero había un error: la fecha de muerte no correspondía al día Domingo, sino que a la del Lunes. ¿El diario era del día de mañana? Miró el calendario en la pared. Efectivamente, estaba adelantado un día. Súbitamente sintió un dolor agudo en el pecho y le costó respirar. Cayó con un estrépito increíble al suelo con una mueca de terror horrible. Sus ojos fijos en el obituario del diario que yacía junto a él. La vida se le estaba yendo poco a poco. Reflexionó en sus últimos segundos antes de morir que el diario no siempre miente.