lunes, 18 de junio de 2012

De amor y odio


Me quedó dando vueltas el asunto, la palabra aquélla que he escuchado pocas veces y nunca he pronunciado en contra de otro ser humano. Es que hay conceptos concretos que uno puede imaginarse de manera transparente cuando uno los oye, por ejemplo, rojo, perro, casa, auto. Si uno le pregunta a un niño sobre conceptos así tendrá siempre una idea y una referencia en la que basarse y nos mencionará las características evidentes de un ejemplar prototípico.
Ahora, si le pido hasta al más evolucionado de los seres humanos que haga una ponencia sobre el amor, la paz, la moral, etc., más de una polémica se va a presentar de seguro y los matices que cada persona otorga son finalmente elaborados desde el propio entendimiento y muchas veces construidos para hacernos más cómoda la subsistencia.
A mí en lo personal me quedó dando vuelta la idea del odio, cuales son sus límites y que significan. Como soy un sujeto racionalista y trato de ejercitar mi lógica cada vez que puedo hice como hago por costumbre, consulté al diccionario. El Larousse me lanzó lo siguiente: “Antipatía y aversión hacia alguien o alguna cosa”.  La RAE me dice: “Antipatía y aversión hacia algo o hacia alguien cuyo mal se desea”.  Un libro de psicología sesentero tipo icarito que encontré por ahí dice: “El odio es un sentimiento de profunda antipatía, rencor, disgusto, aversión, enemistad o repulsión hacia una persona, cosa, o fenómeno, así como el deseo de evitar, limitar o destruir el objeto odiado”.
Miro las definiciones y creo nunca haber sentido algo así, y de haber estado enojado, rencoroso, molesto o enemistado con alguien el componente de agencia en relación a “destruir el objeto odiado” no me cabe en la cabeza. Entonces la cosa es a muerte, se dice y hace lo que esté al alcance para causar daño, eso es el odio.  Se va entonces de mis límites, no permite opción de diálogo y no origina nada bueno.
Me llevó tambíen a pensar en el polo contrario, y a pesar de que he leído bastante del asunto no podría definir el amor. No es cosa rara, la RAE lanza 14 acepciones distintas. En fin, las leo, las analizo y creo que eso no existe, como tampoco la paz, la ética y todas esas cosas. ¿Por qué creo esto? Por que simplemente fueron creados y quizá, no descarto la posibilidad que experimentados, por espíritus mucho más completos que nosotros en eras remotísimas. Por personas en toda su expresión, para nosotros, mamarrachos constantemente distraídos por el dinero, la fama, el poder y en definitiva el egoísmo, estos conceptos son inalcanzables. Son ideales más que cualquier otra cosa.
Yo mismo, creí en algún momento haber conocido el amor, pero si es tan apetecido y buscado, ¿qué causó que en mi memoria se borrasen detalles hermosos de mis vivencias?, ¿por qué no me sorprende nada el que haya vuelto a mis actividades comunes?, ¿por qué no le encuentro sabor al día a día? Dos opciones, o el amor no es lo que dicen, o lo que dije que era amor no lo era. ¿Por qué la confusión?
La respuesta es simple, por que el devenir propio de nuestros días no da lugar para alimentar de verdad el alma, los cabros chicos veganos, los Indira de feria, los vegetarianos, los católicos con sus pomadas, los evangélicos con sus restricciones, los luteranos y sus diezmos, da igual quien, están todos supeditados a pagar las cuentas, a tener que ir al supermercado, a desplazarse en Metro y hacer alguna actividad para devengar.
No me considero excepción, y cada vez que tengo una epifanía, una idea creativa sobre la cual pintar o escribir, un proyecto que se me ocurre aparentemente de la nada, nunca falta alguien que lo atribuya a cierto grado de falta de cordura de mi parte. Entonces tener algún tipo de comunión espiritual es caricaturizado, lo mismo que el amor, que el odio verdadero, que la sabiduría y el conocimiento y tantos otros arquetipos. Estamos de hace rato queriendo hacer entrar un cuadrado en un forma circular más pequeña.
Sé que suena y se ve muy depresivo, pero no creo estar errado. Me pregunto también, si estas emociones, estados o como quiera que se les llame, ¿Están orientados/as hacia que objetivo?. Dejo la pregunta abierta, pues en este momento no puedo esbozar respuesta.

3 comentarios:

  1. las emociones y sentimientos no se proyectan hacia objetivos específicos, se sienten desde el alma, desde la esencia del ser, son estados; y los estados no van dirigidos a alguien ni algo, simplemente son, y otra cosa muy distinta, es que algunas personas o cosas provoquen o alteren esos estados que son las emociones y sentimientos

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  2. Yo creo que si tienen un objetivo, que siempre ha sido la supervivencia de la especie. Y no logro entender que sean estados, si así fuera no tendrían flexibilidad para adaptarnos a los que nos pasa !las emociones sobre todo!, que son tan frágiles y cambian a cada rato. Las emociones son algo per se, tienen sus propias características desde antes de que podamos expresarlas con palabras. ¿Qué opinas, Gabriel?

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  3. De partida muchas gracias por los comentarios y por darse el tiempo de leer mis escritos. La verdad es que aquí no existe la más mínima intención de hacer cátedra o esbozar un marco teórico de lo que son las emociones y los sentimientos.
    Yo escribo para entender cosas que no entiendo, para ordenar mis ideas, para después del tiempo mirar y decir ¿Así pensaba yo? Nada más, esto es una bitácora y nada más.

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