Elegidos
los jugadores, lado y habiendo fiscalizado que el tamaño de pórticos y balón
fuesen reglamentarios se dio inicio al magno evento deportivo de acuerdo a la
tradición que hace años practicaban.
Pitazo
y puntapié iniciales, la chanchita regalona rodaba rauda en un partido de arco
a arco. Tapadón del portero y corner. Los centrales subieron al cabezazo con
claras intenciones de ataque cuando el árbitro exigió una pausa en el
encuentro.
Con
tanto guardia suelto ya no era posible jugar al fútbol al interior de un vagón del
Metro como es debido.
Que comentario tan triste y además cobarde, siga participando.
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