Paso número uno, elegir bien la munición e insertarla en mi arma. Paso
número dos, sellar con total cautela, precisión y calma la tapa del tubo con el
que dispararé. Tercer punto, una vez elegido el objetivo mantener la mano
segura y firme con tal de apuntarle con éxito. Cuarto, dar el mayor impulso al
proyectil.
Quinto punto (el más importante de todos), reirse a carcajadas después
de que el pedazo de cáscara de naranja que puse en mi lápiz Bic azote la cabeza
de mi compañero elegido como víctima. Sexto punto (opcional), ir de visita a
inspectoría si el hecho es avistado por el profesor de turno.
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