martes, 29 de enero de 2013

Middle Man


Era de constumbres extrañísimas, si tú me preguntas de todos Bobo era el más excéntrico. Nunca quiso vivir en una casa, generalmente llamaba en las noches para invitarme a alguna fiesta privada una semana en un hotel, la siguiente en otro. Su mujer jamás cocinó o se preocupó de las tareas domésticas.
Cuando aún no eras de confianza con él parecía un personaje muy tímido e introvertido, pero una vez que te ibas adentrando en su corazón era el ser humano más cálido y carismático que podrías conocer.
A veces Chimp y Dummy chocaban violentamente en su carácter, eran muy similares en cuanto a lo testarudos. Usualmente Bobo era quien les hacía ver que como trío debían permanecer unidos para enfrentar el showbiz, era un sujeto increíble; nunca, jamás le escuché hablar algo malo de otra persona. Aunque consigo mismo era muy severo. Llegaba contando un chiste, haciendo una broma, contando un  cuento, recitando un verso y problema resuelto; los muchachos se amigaban en un dos por tres.
Le costaba dormir en ocasiones y eso lo aproximó al juego, apostaba grandes sumas de dinero y lo habitual era que volviera de brazos cruzados y la cabeza gacha. Chimp, que era muy previsor y además ordenado con la administración le prestaba algo para que pudiera alimentarse y sobrevivir, siempre en pequeñas cuotas, de otro modo lo gastaría de inmediato.
En el set era lo que llamamos el middle man, ese que está allí para sostener el grupo. No era un líder ni tampoco el que más resaltaba en lo cómico, más bien era como un puente entre Dummy y Chimp. Desde fuera no se pudo apreciar su valor en el estudio para idear continuidades en el guión y para diseñar trucos de cámara o ilusiones ópticas. Básicamente esto venía de una de sus muchas aficiones de infancia, tenía un gusto increíble para los trucos de magia y podría, de hecho, haberse ganado la vida en ello. Más de alguna vez lo intentó, pero nadie comprendió en ese terreno su afición a llegar tarde a toda cita.
En uno de los sketchs recuerdo que hizo un truco de cartas que hasta el día de hoy no he visto ser practicado por alguien más y el que tampoco logro explicarme, era en realidad genial.
También era un increíble violinista, no estoy muy al tanto de la historia, pero sé que tenía que ver con una forma de terapia para mejorar la debilidad de su brazo que alguna vez se quemó con ácido. Su padre era joyero y siendo Bobo muy pequeño tuvo un accidente y le recomendaron tocar de forma amateur, sorpresa se llevaron cuando se dieron cuenta del talento que tenían en frente. Fue parte de la planta profesional de la mejor orquesta que hubo en ese tiempo en Chicago.
Incluso fue boxeador peso pluma, y ganó mucho dinero allí. Probablemente de esos días viniera su afición por apostar, ese deporte concentraba gran atención de los fanáticos y obviamente les limpiaba las billeteras.
Dejó de boxear pues era imposible cumplir con las agendas en los escasos tiempos de viaje. Bobo nunca puso un pie en un avión, les tenía fobia. Se hizo imposible convencerlo, no había forma. Si hasta con solamente escuchar palabras como avión o vuelo, se empezaba a sentir mal y le cambiaban los colores. Eso no era tan extraño, pero también era dificultoso subirlo a un automóvil, salvo cuando manejaba él. Uno de los chicos te podrá contar la terapia que le aplicó para hacerlo entrar en su auto una vez, es de lo más chistosa.
Respondía bien al tren, exclusivamente en ese medio no había problemas. Si revisas los schedules de los muchachos te darás cuenta que un 95% de los lugares que visitaban contaban con una estación de tren. Era “la” manera de viajar para ellos dado el problema de Bobo.
Para compensar las molestias siempre nos agasajaba, una vez llegábamos, con algún alimento soberbio. Era un cocinero espectacular, su lassagna es y seguirá siendo única. Si pudiera perdirle algo hoy que ya no está con nosotros sería la receta, nos dio todo, fue un gran hombre, un gran amigo y casi un hermano. Pero no me reveló los aliños y aderezos que usaba en ese plato tan magnífico.

jueves, 24 de enero de 2013

Lógica


- Quisiera en estos momentos tener una pistola.
Lanzó la declaración al aire, con tono distraído y total soltura. Mientras hilvanaba su discurso su compañero miraba a unas mujeres de buen ver que le sonreían en la esquina.
- Cualquiera, da lo mismo el calibre, si es nueva, si es usada. Si está o no inscrita, me da igual.
Prosiguió dando detalles a su interlocutor, que escuchaba con la misma naturalidad con la que él lanzaba sus palabras.
- Eso sí, que soporte hartos tiros y que sea liviana. No me gustaría dañarme las manos disparando.
Los ojos le comenzaron a brillar y un aire de enfado se hacía entrever en su prosodia. Los ademanes se hacían más enérgicos y vivaces.
- Y les haría así…
Hizo el gesto de apuntar con seguridad, ambas manos puestas en la pistola imaginaria y tan solo un ojo abierto y observando la mirilla. Se tomó su tiempo y hasta imitó el sonido de la bala surcando el aire.
- Claro que tendría que comprarme ropa especial, de esa negra como la que se ve en las películas de asaltos.
Se miró el cuerpo, seguramente pensando en que talla le convendría más, y reparó en que estaba especialmente gordo y fofo.
Ya llevaba un buen tramo de la caminata hablando del asunto, estaba algo obsesionado con todo lo que a armas de fuego refiriése. Había adquirido un nuevo hobbie que consistía en armar y pintar tanques de guerra soviéticos, sus nuevas amistades le habían aleccionado muy bien en las armas de fuego. Y habría que entrenar bastante para mejorar el estado físico y la agilidad.
Finalmente su compañero de ruta, que había permanecido callado hasta ese instante, decidió hablar. Arrojó la colilla de cigarro al suelo y con paciencia la pisó.
- ¿Para qué la pistola?
- Para asaltar un banco.
- No me parece lógico.
- Pero si está clarito, me consigo una pistola y asalto un banco. Cualquiera, todos tienen plata.
- Mejor compra un banco entonces.
- ¿Por qué?
- Con una pistola puedes robar un banco, pero con un banco puedes robarle a todo mundo.
- …Es lógico…

domingo, 20 de enero de 2013

Obra cumbre


Debo comenzar poniendo en claro que creo que cada persona se forma día a día. Tomas un poco de las cosas que tus padres intentan enseñarte, de tus parientes, de los libros que has leído y te han, finalmente, marcado, de la música que oyes, de tu alrededor; en fin, de la vida misma.
No soy ajeno a ello, es por eso que suelo acudir a ciertas cosas con frecuencia, novelas exquisitas escritas por sujetos a los que considero ni siquiera poder imitar. Discos editados originalmente en formato vinilo me dan continuamente energía y me permiten, a través de los gratos recuerdos a los que alguna vez acompañaron como banda sonora, seguir adelante ante la constante angustia que me provocan indistintamente el presente y el futuro.
Me encanta compartir los descubrimientos que realizo, una banda interesante, una pintura que me irradia alguna emoción particular, algún lugar que permita pensar con tranquilidad en la metrópoli en la que vivo.
Así lo hice alguna vez con ella, ¿Cómo describirla? Aún no lo sé, es un ángel de piel morena, cabello liso de un brillo exquisito, una faz hermosa cuyos rasgos exóticos acentúan una belleza única.
¿Qué me gusta de ella? Su aroma, inigualable, penetrante, cálido y excitante.
Aunque la conozco desde hace tiempo sigue aún siendo un misterio para mí, reservada, hermética. Eso sumado a su modo de moverse, hablar, su mirada inocente a la vez que desafiante despiertan en mí un atractivo que jamás había siquiera imaginado experimentar.

La historia que relataré a continuación sucedió hace mucho tiempo. Ante mi imposibilidad de aproximarme a ella por los métodos de conquista tradicionales (básicamente por mi nerviosismo incontrolado y mi incapacidad de hacer menos evidente mi interés) opté por entregarle pequeños fragmentos de mí, darme a conocer de una manera fraccionaria
Como primer paso le regalaría una copia del álbum más maravilloso de todos los tiempos (en gustos nada es receta). Si, ese en que los cuatro fantásticos atraviesan una calle que con el tiempo se transformaría en una leyenda, y que tiene por nombre la avenida donde se emplazan los estudios de grabación del sello EMI.
El disco por sí mismo cobra vida. Antes siquiera de abrirlo uno puede constatar una serie de detalles que le dan sabor y condimento a la historia de sus creadores. En ella se visualiza al cuarteto británico atravesando la calle en un paso cebra. Todos llevan el paso coordinado salvo su bajista, además de que lleva los pies descalzos y un cigarrillo en la mano derecha, a pesar de ser zurdo.
Cuando fue lanzado esto hizo surgir la idea de que quien había tomado el lugar de este sujeto era un doble escogido a través de un sistema de selección muy exhaustivo. ¿Por qué se llegaba a tal conclusión? En India, país que cultural y musicalmente había tenido gran influencia sobre el grupo, las ceremonias funerales tienen lugar solo cuando el muerto esta efectivamente descalzo. Otro detalle a añadir es que en la parte izquierda de la foto, detrás del guitarra solista, aparece un automóvil modelo escarabajo en cuya patente se lee LMW 28IF, lo que algunos fanáticos interpretaron como una alusión a la edad del bajista en ese momento de estar vivo. ¿De estar vivo? Claro, pues desde 1966 se venía acarreando el rumor de la muerte este sujeto en un automóvil de similares características al que aparece en la portada del disco.
La portada fue más que nada una improvisación, el nombre del disco también lo fue. Se sacaron tan solo 6 fotos antes de elegir la definitiva y que todos conocemos, el nombre original sería Everest, nombre la marca de cigarrillos del ingeniero y asistente de sonido del conjunto. Ante la evidente complicación que surgió al evaluar la posibilidad de viajar para tomar una foto de la cumbre más alta de la tierra en la que aparecieran los músicos se optó por salir fuera de los estudios en busca de la fotografía y simplemente cambiar el nombre del disco por el de la calle de los estudios de grabación en que el grupo de Liverpool había realizado la totalidad de sus grabaciones profesionales.
Musicalmente hablando el disco es una joya, y tampoco está exento de anécdotas en este sentido. Resulta excepcional pues es uno de los pocos en que los cuatro integrantes aportan con composiciones. Es más es el primero en que su guitarra solista logró un número uno a nivel mundial, a nivel compositivo había sido relegado a segundo plano hasta es momento. Su formato era el siguiente: cada integrante aportaba como músico de sesión, debiendo recibir instrucciones de quien hubiese compuesto el tema en grabación, lo que refrescó las ideas musicales e interpretativas dentro del marco estilístico propio del cuarteto.
Tanto es así que en algunos de los cortes no participan todos los miembros de la banda, o bien tocan instrumentos que nunca habían interpretado. También se incorporaron novedades técnicas y de grabación con las cuales hasta esa fecha nadie había experimentado.
Siendo un LP consta de dos caras, la A eran un grupo de canciones sueltas entre las cuales se cuentan temas como “Come Together”, “Something”, “Here Comes the Sun” y que son por sí solos interesantes. En la cara B aparece un medley, una serie de canciones y puentes unidos a través de un tema musical sin pausas, en las cuales el grupo hace gala de su imaginativa, su armonización vocal y su destreza instrumental.
Además incluye el primer hidden track de la historia de la música, una canción originalmente incluida en el medley que fue retirada, pues no calzaba del todo con el resto de los temas, descontando continuidad y fluidez. Sin embargo, quedó en el disco pues el ingeniero de sonido había recibido la instrucción de no desperdiciar material creativo. La canción aparece 20 segundos después de la aparente conclusión de la obra musical.
Como ya te habrás dado cuenta, querido lector, es evidente el cariño que tengo por este álbum, la inevitable asociación que tiene con episodios estelares de mi vida.
Esto me lleva forzosamente a compartirlo, a tratar de que todo mundo lo conozca y aprecie, en la búsqueda de que los disfruten tal como yo lo he hecho.

¿A ella?, ¿Si la quiero? Evidente, obvio, lógico, la quiero mucho y en un modo nunca visto, ¿Lo sabe? Se lo he dicho, pero el saber si bien es vecino del entender es muy distinto, demasiado diría yo.
Consigo el disco finalmente, obtener una copia es cosa difícil. Pierdo una serie de objetos valiosos para mí, pero que importa, finalmente ella lo apreciará.
De tanto andar por calles inhóspitas de noche en su búsqueda amanezco resfriado. Despierto, no obstante, con gran energía y entusiasmo. Le entregaré el disco (ahora acompañado de una nota doblada en su interior) y le diré muchas cosas que he estado guardando, la abrazaré y todo estará muy bien.
Llego temprano a clases, la espero durante mucho tiempo. Finalmente arriba, conversamos de temas sin sentido, trato de que pase un rato divertido. Creo que es el momento preciso de sacar el obsequio. Mentalmente recorro el discurso que he elaborado con esmero para motivarla a escucharlo, más de una vez.
Lo pongo en sus cálidas manos, que siempre me provocan algo así como un shock eléctrico de baja intensidad.
Caminamos un rato y entramos a la sala. ¿Las clases? Lo mismo de siempre, sentarse con los compañeros para tratar de hacer más agradable la angustia que el caballero de terno y corbata frente a nosotros nos produce.
¿Sabrá ella que es lo único en que pienso hace mucho tiempo?, ¿Le habrá gustado mi regalo?, ¿De verdad lo escuchará?
No me doy cuenta cuando, pero se ha ido. Vuelvo a casa con ella en mente, protagonista de mis cavilaciones, sueños; en fin, todo lo que por mi cabeza tiene paso.
Cuando llego a casa, la TV no me ofrece nada relevante, prefiero irme a acostar pues no hay nada que hacer, ni que estudiar.
Vuelve a mi mente, baila, canta, me susurra. Aparece y desaparece. Logró, no sin esfuerzo, dormir. Un estado de somnolencia semi consciente, como programa rotativo se repite y repite mi conversación con ella, el resto de los detalles de mi día carecen de trascendencia.
Me levanto apurado ¿Habrá apreciado los efectos de sonido del track 10?, ¿Puede que la haya agradado la canción que le dediqué con tanto cariño? Lo sabré pronto.
Corró hacia la Universidad, arribo a la sala antes que nadie. Sacó un cigarrillo y lo fumo con ansiedad y cierto placer culpable (tres semanas sin fumar han sido tiradas a la basura).
Aparece en escena ¿Qué me dirá? Quizá me pida otro disco de los Fab Four!
Ojalá, los tengo todos.
Se me aproxima y me da un beso en la mejilla que me hace tiritar, no puedo mirarla a los ojos. Le preguntó, siempre mirando al suelo: ¿Escuchaste el A+++y R++d?
- Sí, responde con gran serenidad.
- ¿Qué te ha parecido?
- A mi madre le gustó bastante…

Creo que necesitaré otro cigarrillo.

martes, 15 de enero de 2013

Plastic Friendship


Entonces, después de haberle preguntado durante varios meses como estaba y de haber intentado hilvanar conversaciones amables con el sujeto, cayó en cuenta que la manera en que éste establecía amistades era solamente por conveniencia.
El factor humano y de contenido no importaba en lo más mínimo, ni tampoco era relevante en ningún tipo de grado para que decidiera a quien estimar y a quien no. Ahora que lo miraba de lejos se dio cuenta de que su cualidad de ser humano era bastante paupérrima y que en condiciones normales, fuera del conflicto catastrófico conjunto que los unió, jamás se habría acercado a una persona tan petulante, egocéntrica y falta de realidad como él.
Ya se había hartado de que lo buscara cuando tenía algún problema o necesitaba una mano (casi literalmente hablando) para resolver un asunto.
Como tenía gran facilidad para caerle bien a las personas hasta su madre le dijo, en realidad conociéndolo bastante poco, que era su hijo adoptivo.
Javier, cuyo número de madres adoptivas era bastante alto e igualmente asqueroso en población, dejó de buscarle.
Nunca sonó el teléfono, nunca hubo una carta, jamás volvieron las cosas a ser normales sin que Javier pusiese de su energía para acercarse.
Mil asados pendientes, cuatrocientos veintidós paseos prometidos que no llegaron, treinta y ocho visitas al cine incumplidas, noventa y siete salidas a andar en bicicleta que jamás vieron la luz. En definitiva una balance bastante pobre, y obviamente distante de lo que el común de la gente entiende por amistad. Pensando que eran amigos, Javier se llevó una gran decepción.
Las personas hoy en día son así, creen que por tener acceso a un perfil virtual de otro su relación es, por añadidura, sólida.  Pero Javier, más chapado a la antigua, goza de algunas costumbres ya pasadas de moda como tomar té, compartir un cigarro, salir a caminar, vagabundear por los mercados Persa en busca de algún objeto con valor coleccionable y, en fin, muchas otras cosas que ya difícilmente se practican ante la excusa permanente: “No tengo tiempo”.
Un día, por pura decencia, saludo al chofer de la micro que le dejaba en la puerta de su casa y este le respondió con agresivos epítetos que casi se transformaron en golpes. En otra ocasión le dijo a una mujer con la que tenían un grado de intimidad muy cercano de que se veía hermosa y el desenlace no fue tan distinto a la aventura en el transporte público.
Por eso es que Javier disfruta de los seres humanos, por eso es que con sabiduría se distancia de los seres que inspiran algo alejado del concepto del bien. Lo malo es que a veces titubea, meditando, de si será o no la mejor opción el podar esos esquejes marchitos o no. El tiempo es sabio, y aunque durante el último año han sido muchos los individuos a los que ha dejado fuera de su lista de intereses, el cociente entre lo pocos que quedan y su calidad humana sigue siendo más potente.
Por esta razón, si el día de mañana alguien no contesta a sus llamados, no responde sus cartas y, de súbito, Ud. deja de saber de su existencia sobre la faz de esta Tierra pregúntese por que razón ha llegado al punto y tiempo presente. En general, es más fácil echarle la culpa al otro que hacer un auto análisis de cómo nos comportamos en lo fraternal y espiritual.
Según he oído por ahí, la libreta en que Javier guarda direcciones y teléfonos de sus amigos tiene solamente una hoja.