domingo, 6 de enero de 2013

Verso a lo divino por Eclesiastés

Vanidad de vanidades,
todo al fin es vanidad
bajo el sol, sobre los mares,
no hay ninguna novedad.

Generaciones van, vienen,
sale el sol luego se pone
su lugar nunca traspone,
mas, la tierra lo mantiene.
El mar al río contiene
nunca llenarán los mares;
el rey de las majestades
se expresa sin gran trabajo:
lo que hay del sol abajo
vanidad de vanidades.

Estudió el predicador
el trabajo bajo el cielo,
y le fue tremendo duelo
encontrar solo dolor.
Dijo, entonces, con furor
al corazón la verdad
si la ciencia es potestad
solo me añade más pena,
ser sabio es una condena
todo al fin es vanidad.

Plata y oro amontoné,
no negué ningún faumento,
obtuve mil instrumentos
siervos y siervas compré.
El consuelo no encontré
ni con todos los cantares,
viven los mismos pesares
sabio y necio consumado;
todo será olvidado
bajo el sol, sobre los mares.

Eso que el necio padece
vivirá también el sabio,
¿Es acaso solo agravio
todo lo que acontece?
Lo único que permanece
tan solo es la vanidad,
sufre de infelicidad
el sabio triste, sin gozo;
sin encontrar el reposo
no hay ninguna novedad.

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