viernes, 31 de mayo de 2013

Restauraciones


- Buenas tardes, vengo a que me arregle este cuento, si es tan amable.
- Déjeme verlo. – Auscultaba las páginas como el especialista que era, palpaba cada hoja y a veces olía el papel. Leía con una rapidez furiosa.
- ¿Está muy complicado?
- Mire, a simple vista le falta el argumento ¿No se le habrá caído en el camino?
- La verdad es que no me fijé, lo traje tal cual lo encontré.
- Bueno, algo puedo inventar para componer eso. Algunas palabras sobran, pero las puedo limar y dejarlas a nivel.
- Que bien, oiga y sobre los saltos lógicos ¿Qué me dice? Mire esta parte, son las tres de la tarde y después de que pasea con su pareja por Perquilauquén son recién un cuarto pasado las tres, no tiene sentido.
- Esos son detalles, se pueden arreglar con muy poco trabajo. Lo que creo se podría salir de presupuesto es la poca elaboración del perfil de los personajes.
- ¿Saldrá muy caro?
- Le voy a respetar el precio por metro de palabra, así no le queda tan oneroso y me cuesta menos hacer el presupuesto.
- Oiga, muchas gracias. No sabe cuanto me ayuda, ve que este cuento es super bueno pero como estuvo tirado mucho tiempo sin usar se le perdieron partes. Como lo repararon, además, dejaron algunos trozos inutilizables.
- Típico, ahora cualquiera toma un par de herramientas y se cree que puede arreglarlo todo. Mire, es un cuento viejo, pero de gran manufactura. Lo voy a restaurar y cuando lo lea se va a acordar de mí.
- ¿Cuándo vengo a buscarlo?
- En un mes lo tengo listo, así la tinta seca, las palabras se aclimatan. Eso sí, no lo lea muy rápido los primeros días.
- Perfecto, muchas gracias.

lunes, 27 de mayo de 2013

De la escritura


Mocho y sin cuarteta.

Las palabras me pidió
y no supe lo que decir
ni mensaje a transmitir
tampoco se me ocurrió.
Pero la hoja me insistió
En la forma más cruel,
De tinta gasté un tonel,
Más mi tiempo y mis ideas
Pa’ que el resultado sea
Mil palabras en papel.

Este papel asesino
Permanecerá imborrable
Más afilado que un sable
Será su verso ladino.
A dudarlo no me inclino,
Si contrario me aparece;
Que lo escrito permanece,
Y si no lo lleva el viento
Es eterno fundamento:
Los versos nunca perecen.

Déjenme en mi cavilar
Aquí, a solas escribir,
No les voy a permitir
Que a mí me ahoguen el pensar.
Es tan sano cultivar
Un arte con devoción
Si llega la inspiración
Hay que estar bien preparado;
Cuando la pluma he tomado
Yo no acepto interrupción.

Es mi forma de expresar
Quien soy yo, también mi esencia
Pues no soy hombre de ciencia
Ni muy lógico al pensar.
Prefiero desarrollar
En papel mi pensamiento
Verso, prosa, quizá cuento
Son los medios a mi alcance,
Y los uso sin percance
Confirmando mi talento.

jueves, 23 de mayo de 2013

Loca peligrosa


Cuando recuperó la conciencia y trató de reincorporarse se hirió fuertemente las manos, pues las traía atadas. Trató con todas sus fuerzas de romper las sogas y después de infringirse con ello muchas laceraciones logró su objetivo.
Se quitó las vendas de los ojos y la cinta adhesiva de la boca. Golpeó, con la escasa fuerza que le iba quedando, la puerta metálica mientras gritaba a todo volumen que la liberaran de inmediato.
Finalmente una anciana con escopeta en mano abrió la puerta sin dejar de apuntarla.
- ¿Puede sacarme de aquí? Preguntó ella.
- Eso sería peligroso, hija.- Contestó la vetusta fémina.
- ¿Por qué? – Su voz era temblorosa y tenía mucho miedo.
- En esta casa vive una loca que tiene episodios de violencia y agresividad incontrolables. Cambia de humor súbitamente y ataca a las personas con gran furia. Es una desquiciada.
- ¿Hay forma de que me pueda proteger de ella?
- Imposible, no puedes escapar de tí misma.

viernes, 17 de mayo de 2013

Correo certificado


Tanto había escrito, para esa mujer que no estaba y que jamás volvería a ver, que se le olvidó el contenido del pequeño cuaderno y también su existencia. Cuando un día ordenando el escritorio encontró sus obras, dedicó un tiempo a repasarlas. Le encantó lo que allí permanecía, pero como no sabía la dirección exacta del lugar donde habitan los muertos no logró dilucidar con seguridad hacia donde enviar dichas cartas. Envolvió en un sobre las que más le gustaron y anotó una dirección al azar en en él; puesta la estampilla las envió por correo sin esperar respuesta alguna.