jueves, 21 de septiembre de 2017

Dani

Se llama Daniel. Daniel como su abuelo paterno y su padre. Daniel, tal cual como figura en su acta de nacimiento. Daniel, como aparece en su cédula de identidad escrito en mayúsculas. Daniel, Daniel, Daniel.
En ningún caso y bajo ninguna circunstancia Dani. Detestaba que le llamaran así. Dani. Hasta odioso sonaba.
Dani, le decían, y al momento venían a su mente el olor a naftalina, las manos arrugadas y ásperas que le rasgaban los pómulos, el tener que interrumpir sus juegos y comidas por la obligación de atender a alguien que no le importaba en lo absoluto, tener que buscarse “algo que hacer” porque las señoras iban a hablar “cosas de grandes”.
Dani, esto. Dani, aquello. Dani, bla-bla.
Dani, y luego alguna frase que sabía terminaría siendo falsa o lapidaria.
Dani, te voy a amar para siempre. Dani, puedes contar conmigo, perro. Dani, tu sueldo está asegurado hasta el fin del proyecto. Dani, no quise generar falsas expectativas. Dani, mi mujer se enoja si salgo mucho contigo. Dani, vamos a tener que prescindir de tus servicios por falta de presupuesto.
Le vida era más agradable siendo Daniel.


lunes, 18 de septiembre de 2017

Magic moments

Cuando abrí los ojos estaba en esa antigua casona patronal en la que viví unos cuantos años. De inmediato me causó extrañeza ver que estaba casi nueva, los muros recién terminados de estucar, el techo pulcro y con ese olor pertinaz de lo recién pintado, los pisos encandilaban por lo brillante del parqué acabado de vitrificar.
Para terminar de asombrarme abrí una ventana. Ninguna otra vivienda alrededor, solamente árboles frutales. Mis ojos se dirigieron al lugar donde recordaba el granero (viniéndose abajo a pe-da-zos) para ver que los cimientos del mismo estaban recién siendo instalados.
El tractor, que otrora fuese objeto de nuestros juegos por su irreversible inmovilidad, desafiaba las leyes de la inercia en su desfile continuo en las chacras; dejando surcos perfectamente alineados.
Iba a salir al patio cuando apareció mi tía por una puerta que, cuando viví en la estancia, llevaba décadas clausurada. Dijo que había una nada nimia bestia rondando la casa y que era necesario matarla; ninguna cana sobre su cabeza, ninguna arruga en su rostro, la piel blanca y sin manchas de ninguna especie.
Puso en mi mano un par de herramientas para cumplir con tal misión. Acero afilado y reluciente.
Le vi en el fondo de la habitación.
Sorprendente criatura con cuerpo de lobo sin ser lobo, cabeza de rata sin ser rata, cola de perro sin ser perro, ojos de gato sin ser gato, lengua de serpiente sin ser serpiente, pelaje de zorro sin ser zorro, alas de águila sin ser águila, garras de oso sin ser oso, voz humana sin ser humano.
La criatura en vez de incomodarse con mi presencia parecía aceptar el desafío a muerte que mi gesto le insinuaba.
Perry Como cantaba Magic Moments mientras intercambiábamos golpes, patadas, llaves, mordidas, rasguños y arañazos.
Cuando, por fin, atravesé su cabeza con algo similar a una guadaña, empezó a echar espumarajos por la boca y sufrir convulsiones. Maldecía en varios idiomas e intentó buscar escapatoria de forma infructuosa. Con un ruido gutural se despidió de la vida, desapareciendo por completo.
Solo el extraño sonido que emitía permaneció como un eco en la amplia sala de adobe.
Era una especie de quejido.
Quejido que, al despertar, me di cuenta lo emitía yo mismo al haberme dormido sobre mi brazo y estar ahogándome con el y la almohada.


https://www.youtube.com/watch?v=5t_PDU5RmBw

jueves, 14 de septiembre de 2017

lunes, 11 de septiembre de 2017

Mi muy desdeñado Sr. Pinochet

Mi muy desdeñado Sr. Pinochet:

Hoy amaneció nublado, como tantos otros 11 de Septiembre.
Hoy es un día que no queda indiferente para nadie, supongo que recuerda la razón.
Hace cuarenta y cuatro años Ud. fue el cabecilla de uno de los episodios más trágicos de la historia de nuestro país: El golpe de estado y la consecuente dictadura militar.
¿Le parece exagerado? No lo es. Más de 40.000 chilenos fueron detenidos y/o torturados, 3.290 fueron asesinados por motivos políticos y hoy, a cuarenta y cuatro años de este fatídico genocidio, 1.192 siguen estando desaparecidos; según el informe Rettig.
Padecían del cáncer marxista me dirá Ud. Condición que solamente a punta de bala se podía exterminar.
Hoy padecemos de otros cánceres, múltiples y que se propagan con gran velocidad mermando la salud de nuestro país.
La desigualdad extrema, la desconfianza, el abuso, la cesantía el alto costo de vida y muchas otras cosas que han sido derivados de las ideas políticas importadas del modelo estadounidense, ese que patrocinó y auspicio su quehacer; e impuestas por el grupo de los “Chicago Boys”.
Le recuerdo algunas: la desnacionalización del cobre (1981), la privatización de la educación (1974), la privatización del agua (1981), el sistema de salud (1981), el sistema de AFP, creado por José Piñera (1981), y la instauración de la constitución política (1981) vigente hasta el día de hoy.
Las riquezas están en manos de unos pocos, que mucho tienen en recursos económicos, poder y control de las decisiones políticas.
A casi diez años de su muerte, sigue siendo un fantasma que ronda en todos lo rincones tristes y oscuros de los acontecimientos de nuestro país.
Creo que saber eso le haría sentir cierto orgullo.
Claro, pues ¿Quién fue Ud.?
De pequeño fue un niño enfermizo y desafortunado. A los cuatro años un automóvil aplastó su pierna izquierda y el diagnóstico fue poco prometedor. Su pierna debería haber sido amputada, pero se salvó de aquello ya que la casual presencia de un especialista argentino hizo que se detectara que en realidad padecía de hidroartrosis, pocos días antes de que le operaran.
Postuló al ejército siendo rechazado dos veces. Solo a la tercera oportunidad fue aceptado. ¿De no ingresar a qué se habría dedicado en la vida dado su escaso nivel educativo?
Tampoco habría sido probable que contrajera matrimonio con la Sra. Lucía Hiriart, pues aún siendo militar sus suegros no estaban de acuerdo de que su hija se uniera a alguien que socialmente no tenía ningún tipo de estatus.
Pero logró ambas cosas y poco a poco, no tengo claro a causa de que habilidad, fue ascendiendo de rangos. Alférez en la ciudad de Concepción, subteniente y teniente en la Escuela de Infantería de San Bernardo. Trasladado a Iquique con el grado de Capitán a cargo del campo de detención de Pisagua a fines de los cuarenta para proscribir al Partido Comunista. Un viaje a Ecuador para apoyar y garantizar el orden en la Academia de Guerra de dicho país, regresando a Chile condecorado. Ya en 1969 fue general de brigada y en 1971 general de división.
Nada cuestionable a simple vista, aunque los sucesos “casuales” que vinieron luego no dejan de ser curiosos.
Salvador Allende Gossens asumió el poder el 3 de Noviembre de 1970, luego de obtener la mayoría de votos en la elección democrática (aún no existía el binominal, instaurado por Ud. también) del 4 de Septiembre del mismo año. Días antes, el 22 de Octubre, René Schneider fue asesinado, luego de que la tentativa de secuestrarlo fallara. Era un militar cabal y de una sólida carrera, dedicado a la docencia y formación de nuevos contingentes.
Carlos Prats le sucedió en el cargo y Ud fue ascendido, como muestra de confianza del propio Allende, a ser Comandante en Jefe de Guarnición. Su participación como represor del “tanquetazo” (liderado por Roberto Souper), intento de golpe de estado encabezado por el Regimiento Blindado Nº2 y que acabó con la vida de 22 civiles, el 29 de Junio de 1973, hizo que el Presidente tuviera más confianza en Ud. inclusive.
Luego de ello a Prats se le nombró Ministro de Defensa, lo que despertó la ira de las cabezas de las F.F.A.A., impidiendo que asumiera tal cargo y forzándole a la renuncia un par de días después.
Había que reemplazarlo, y el mismo Prats sugirió su nombre, ya que pensaba en Ud. como un militar cabal, honesto, servicial al poder ejecutivo e intachable. En paralelo Gustavo Leigh le manifestó a. su intención de un Golpe de Estado, su respuesta se hizo esperar.
Le recuerdo que Prats, fue asesinado más tarde en el período de dictadura.
Aunque el mismísimo Allende propuso el día 8 de Septiembre una salida pacífica a los conflictos políticos y sociales, a Ud. le pareció mejor idea tomar el poder a la fuerza, confirmando su participación en el movimiento armado el 9 de Septiembre por la tarde.
Mandó a su familia e hijos a la comuna de los Andes, para que se fueran a Argentina en caso de que el Golpe no fuera exitoso.
Terminó siendo la cabeza visible de la Junta Militar. Luego de un período en que no sabría definir que rango o título ostentaba, el 17 de Junio de 1974 asumió como Jefe Supremo de la Nación (ni los más villanos de los villanos se han proclamado una jineta tan ostentosa) mediante el Decreto Ley 527. No quedó contento, pues el 17 de Diciembre (6 meses después) modificó el mismo y fue nombrado Presidente de la República por el resto de los generales de F.F.A.A., una votación de cuatro elementos a cuatro paredes.
Luego se vinieron una serie de plebiscitos cuestionables por lo poco transparentes, un suma y sigue de medidas para asegurarse el poder. Se equivocó en algunas y, creo, no leyó bien que no podría seguir como Presidente más allá de 1989, luego de instaurada su propia constitución.
Perdió en el plebiscito que le permitiría ser candidato nuevamente y el 11 de Marzo de 1990 asumió Patricio Aylwin como el primer Presidente que, creíamos, devolvería la democracia al país.
Ud. se las arregló para seguir como cabeza del Ejército hasta Marzo de 1998, y luego siendo Senador Vitalicio (medida también promulgada por Ud., en la que todo Jefe de Estado pasaba a ser parte del Congreso automáticamente) hasta el día mismo de su muerte.
Le recuerdo todas estas cosas, aunque murió tranquilamente en su casa el 10 de Diciembre del 2006, para que no olvide su propia Historia, llena de sombras, llena de miedo, llena de tanto evento repudiable.
Nosotros, los ciudadanos comunes, no olvidamos la nuestra. No puedo perdonarlo, pues nunca pidió perdón a nadie, no obstante, le regalo una frase que hoy me hace mucho sentido: “La Historia no se detiene ni con la represión, ni con el crimen”.
¿Le suena? Lo dijo Salvador Allende Gossens.

Con compasión me despido de Ud., mi muy desdeñado Sr. Pinochet.

jueves, 7 de septiembre de 2017

Groovy Gurú

Estaba distraído.
De no ser porque el tipo le preguntó la hora, no habría advertido que llevaba un estuche de bajo antiguo, de esos pequeños; de escala corta.
– Las 15:20 – Dijo como si fuera un robot.
A punto estaba de dar la media vuelta cuando sintió un impulso en el medio del estómago, una sensación difícil de describir.
Básicamente fue como que, lo que fuera que hubiese dentro de ese roído maletín de instrumento, le estuviera llamando. Siendo bajista, y además reconocido por ello, no debió esforzarse mucho para convencer a su interlocutor de que le dejase echar un vistazo al contenido del bulto que llevaba en la mano.
Un poco desconfiado, pero también tentado por la ocasión de hacer un negocio, el sujeto accedió a mostrarle el misterioso contenido.
Vio ante sus ojos el perdido e histórico Groovy Gurú. Hacía más de treinta años que nadie tenía noticia de él. En su estado original, conservando incluso las cuerdas con que Rafael lo usara por última vez.
-  Amigo, este bajo tiene un gran valor sentimental para mí. ¿Qué pides por él?
- Quería venderlo para pagar dos meses de renta y comprar algo de comer, para por lo menos una semana.
- Perfecto. Te ofrezco dos años de renta y prometo que no pasarás hambre en cinco años más. ¿Te parece?
El tipo se sacó el sucio gorro de lana que traía e hizo un gesto de reverencia con la mano izquierda mientras le acercaba el estuche con la otra.

lunes, 4 de septiembre de 2017

Cinco años

Para muchos el 04 de Septiembre de 2017 será un día soso y como cualquier otro. Para mí se cumplen 5 años de que me atreviera a tomar un guitarrón chileno por primera vez para acompañarme de su toquío y cantar con él.

 



















En definitiva, fue el día que cambió mi vida.

sábado, 2 de septiembre de 2017

Cábala

Hasta que se adjudicó ese pijama de color naranjo radio-activo no había experimentado a fondo la comodidad.
Llegó a casa y durmió las escasas horas que le resultaban imprescindibles en medio de semanas creativas cuando se centraba en llevar a papel sus ideas y transformarlas en novelas.
Ese calor, esa energía que sus dedos desprendían del teclado las atribuyó de inmediato al efecto de sus nuevos hábitos, de esa genial armadura que había encontrado en ese mercado ignoto. Tantas veces había evitado esas vitrinas y escaparates.
No tenía idea de que, en la compañía de aquel cabalístico objeto lograría terminar 37 obras; hoy, clásicos de la literatura.