lunes, 11 de septiembre de 2017

Mi muy desdeñado Sr. Pinochet

Mi muy desdeñado Sr. Pinochet:

Hoy amaneció nublado, como tantos otros 11 de Septiembre.
Hoy es un día que no queda indiferente para nadie, supongo que recuerda la razón.
Hace cuarenta y cuatro años Ud. fue el cabecilla de uno de los episodios más trágicos de la historia de nuestro país: El golpe de estado y la consecuente dictadura militar.
¿Le parece exagerado? No lo es. Más de 40.000 chilenos fueron detenidos y/o torturados, 3.290 fueron asesinados por motivos políticos y hoy, a cuarenta y cuatro años de este fatídico genocidio, 1.192 siguen estando desaparecidos; según el informe Rettig.
Padecían del cáncer marxista me dirá Ud. Condición que solamente a punta de bala se podía exterminar.
Hoy padecemos de otros cánceres, múltiples y que se propagan con gran velocidad mermando la salud de nuestro país.
La desigualdad extrema, la desconfianza, el abuso, la cesantía el alto costo de vida y muchas otras cosas que han sido derivados de las ideas políticas importadas del modelo estadounidense, ese que patrocinó y auspicio su quehacer; e impuestas por el grupo de los “Chicago Boys”.
Le recuerdo algunas: la desnacionalización del cobre (1981), la privatización de la educación (1974), la privatización del agua (1981), el sistema de salud (1981), el sistema de AFP, creado por José Piñera (1981), y la instauración de la constitución política (1981) vigente hasta el día de hoy.
Las riquezas están en manos de unos pocos, que mucho tienen en recursos económicos, poder y control de las decisiones políticas.
A casi diez años de su muerte, sigue siendo un fantasma que ronda en todos lo rincones tristes y oscuros de los acontecimientos de nuestro país.
Creo que saber eso le haría sentir cierto orgullo.
Claro, pues ¿Quién fue Ud.?
De pequeño fue un niño enfermizo y desafortunado. A los cuatro años un automóvil aplastó su pierna izquierda y el diagnóstico fue poco prometedor. Su pierna debería haber sido amputada, pero se salvó de aquello ya que la casual presencia de un especialista argentino hizo que se detectara que en realidad padecía de hidroartrosis, pocos días antes de que le operaran.
Postuló al ejército siendo rechazado dos veces. Solo a la tercera oportunidad fue aceptado. ¿De no ingresar a qué se habría dedicado en la vida dado su escaso nivel educativo?
Tampoco habría sido probable que contrajera matrimonio con la Sra. Lucía Hiriart, pues aún siendo militar sus suegros no estaban de acuerdo de que su hija se uniera a alguien que socialmente no tenía ningún tipo de estatus.
Pero logró ambas cosas y poco a poco, no tengo claro a causa de que habilidad, fue ascendiendo de rangos. Alférez en la ciudad de Concepción, subteniente y teniente en la Escuela de Infantería de San Bernardo. Trasladado a Iquique con el grado de Capitán a cargo del campo de detención de Pisagua a fines de los cuarenta para proscribir al Partido Comunista. Un viaje a Ecuador para apoyar y garantizar el orden en la Academia de Guerra de dicho país, regresando a Chile condecorado. Ya en 1969 fue general de brigada y en 1971 general de división.
Nada cuestionable a simple vista, aunque los sucesos “casuales” que vinieron luego no dejan de ser curiosos.
Salvador Allende Gossens asumió el poder el 3 de Noviembre de 1970, luego de obtener la mayoría de votos en la elección democrática (aún no existía el binominal, instaurado por Ud. también) del 4 de Septiembre del mismo año. Días antes, el 22 de Octubre, René Schneider fue asesinado, luego de que la tentativa de secuestrarlo fallara. Era un militar cabal y de una sólida carrera, dedicado a la docencia y formación de nuevos contingentes.
Carlos Prats le sucedió en el cargo y Ud fue ascendido, como muestra de confianza del propio Allende, a ser Comandante en Jefe de Guarnición. Su participación como represor del “tanquetazo” (liderado por Roberto Souper), intento de golpe de estado encabezado por el Regimiento Blindado Nº2 y que acabó con la vida de 22 civiles, el 29 de Junio de 1973, hizo que el Presidente tuviera más confianza en Ud. inclusive.
Luego de ello a Prats se le nombró Ministro de Defensa, lo que despertó la ira de las cabezas de las F.F.A.A., impidiendo que asumiera tal cargo y forzándole a la renuncia un par de días después.
Había que reemplazarlo, y el mismo Prats sugirió su nombre, ya que pensaba en Ud. como un militar cabal, honesto, servicial al poder ejecutivo e intachable. En paralelo Gustavo Leigh le manifestó a. su intención de un Golpe de Estado, su respuesta se hizo esperar.
Le recuerdo que Prats, fue asesinado más tarde en el período de dictadura.
Aunque el mismísimo Allende propuso el día 8 de Septiembre una salida pacífica a los conflictos políticos y sociales, a Ud. le pareció mejor idea tomar el poder a la fuerza, confirmando su participación en el movimiento armado el 9 de Septiembre por la tarde.
Mandó a su familia e hijos a la comuna de los Andes, para que se fueran a Argentina en caso de que el Golpe no fuera exitoso.
Terminó siendo la cabeza visible de la Junta Militar. Luego de un período en que no sabría definir que rango o título ostentaba, el 17 de Junio de 1974 asumió como Jefe Supremo de la Nación (ni los más villanos de los villanos se han proclamado una jineta tan ostentosa) mediante el Decreto Ley 527. No quedó contento, pues el 17 de Diciembre (6 meses después) modificó el mismo y fue nombrado Presidente de la República por el resto de los generales de F.F.A.A., una votación de cuatro elementos a cuatro paredes.
Luego se vinieron una serie de plebiscitos cuestionables por lo poco transparentes, un suma y sigue de medidas para asegurarse el poder. Se equivocó en algunas y, creo, no leyó bien que no podría seguir como Presidente más allá de 1989, luego de instaurada su propia constitución.
Perdió en el plebiscito que le permitiría ser candidato nuevamente y el 11 de Marzo de 1990 asumió Patricio Aylwin como el primer Presidente que, creíamos, devolvería la democracia al país.
Ud. se las arregló para seguir como cabeza del Ejército hasta Marzo de 1998, y luego siendo Senador Vitalicio (medida también promulgada por Ud., en la que todo Jefe de Estado pasaba a ser parte del Congreso automáticamente) hasta el día mismo de su muerte.
Le recuerdo todas estas cosas, aunque murió tranquilamente en su casa el 10 de Diciembre del 2006, para que no olvide su propia Historia, llena de sombras, llena de miedo, llena de tanto evento repudiable.
Nosotros, los ciudadanos comunes, no olvidamos la nuestra. No puedo perdonarlo, pues nunca pidió perdón a nadie, no obstante, le regalo una frase que hoy me hace mucho sentido: “La Historia no se detiene ni con la represión, ni con el crimen”.
¿Le suena? Lo dijo Salvador Allende Gossens.

Con compasión me despido de Ud., mi muy desdeñado Sr. Pinochet.

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