jueves, 7 de septiembre de 2017

Groovy Gurú

Estaba distraído.
De no ser porque el tipo le preguntó la hora, no habría advertido que llevaba un estuche de bajo antiguo, de esos pequeños; de escala corta.
– Las 15:20 – Dijo como si fuera un robot.
A punto estaba de dar la media vuelta cuando sintió un impulso en el medio del estómago, una sensación difícil de describir.
Básicamente fue como que, lo que fuera que hubiese dentro de ese roído maletín de instrumento, le estuviera llamando. Siendo bajista, y además reconocido por ello, no debió esforzarse mucho para convencer a su interlocutor de que le dejase echar un vistazo al contenido del bulto que llevaba en la mano.
Un poco desconfiado, pero también tentado por la ocasión de hacer un negocio, el sujeto accedió a mostrarle el misterioso contenido.
Vio ante sus ojos el perdido e histórico Groovy Gurú. Hacía más de treinta años que nadie tenía noticia de él. En su estado original, conservando incluso las cuerdas con que Rafael lo usara por última vez.
-  Amigo, este bajo tiene un gran valor sentimental para mí. ¿Qué pides por él?
- Quería venderlo para pagar dos meses de renta y comprar algo de comer, para por lo menos una semana.
- Perfecto. Te ofrezco dos años de renta y prometo que no pasarás hambre en cinco años más. ¿Te parece?
El tipo se sacó el sucio gorro de lana que traía e hizo un gesto de reverencia con la mano izquierda mientras le acercaba el estuche con la otra.

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