lunes, 30 de noviembre de 2015

Seres competitivos

… Era evidente a ojos de todos que Fanna y Klost se ditanciaban cada vez más a medida que las carreras avanzaban. Klost, que había estado en una posición privilegiada, era asediado por los increíbles resultados de Fanna. Eran la pasión desmedida, esa entrega que desplegaba en la pista, la épica que tenía. Podía hacer cosas increíbles.
Klost en cambio era frío y calculador, podía manejar las carreras de un modo sobrio y sin riesgo. Era eficaz, pero menos llamativo y colorido.
Sin duda, ambos eran seres competitivos.
Los ingenieros dejaron de compartir información, los entrenamientos eran misterio y dentro del equipo parecía… Habían dos equipos distintos.
Dejaron de hablarse y eran agresivos en diversas formas y niveles, sobre todo en carrera. Todos sabíamos que no podía terminar bien, al campeonato le quedaban un par de grandes premios y Klost se iría de la escudería. La situación era insostenible. La más pequeña chispa podía encender la mecha. La explosión sería mortal.

Mecha que estalló en Japón, para variar en Japón…

viernes, 27 de noviembre de 2015

martes, 24 de noviembre de 2015

Especialista


Todo lo que produzca un sonido me atrae, me incita a tratar de descubrir como funciona y finalmente hacer canciones con él. Sobre todo me resultan interesantes los instrumentos raros. Entre menos personas los entiendan y los toquen, mejor. Un artefacto musical o un estilo demasiado masivo merman inmediatamente mi interés.
Conozco afinaciones rarísimas, escalas en desuso, ¿Acordes con más de cuatro notas? ¡Me encantan!
La música ha estado ligada a mis experiencias de vida desde siempre, desde antes de nacer, desde antes de que alguien pensara en mi nacimiento.
Soy, que duda cabe, un ser en esencia musical.
Tengo miles de horas de música almacenadas en mi cabeza, letras de tantas canciones que a veces yo mismo me sorprendo cantando un tema que ni siquiera sabía que sabía.
Datos curiosos y trivias que para otros son inentendibles e inconcebibles de retener, abundan en mis recuerdos. Mi memoria es infalible en esa área.
Soy lo que podría decirse un especialista.
Hay discos que me resultan un placer total. Hay canciones que tienen un efecto inmediato en mi estado de ánimo tan solo escuchar su acorde inicial. No obstante, no se malentienda lo que quiero explicar, no logro enlazar una melodía particular a algún evento biográfico. Nunca logré entender a mi abuelo cuando cantaba un tango cebollero casi al extremo del suicidio y me decía “Cuando seas mayor me vas a entender”. Me fui poniendo mayor y conociendo esas cosas que según los adultos uno no logra descifrar siendo niño… Pero la situación con respecto a la música no cambiaba. Para mí una composición era eso, nada más. Una melodía que te dan o no ganas de oír en cierto momento.
“Esta canción me recuerda cuando pololeaba con tu mamá”, “Este disco estaba de moda cuando cumplí 18”,  “¿Te acuerdas que esto se bailaba cuándo estábamos en el colegio” Que tiempos esos”, “Ese Long Play me lo compré cuando llegué a vivir a Parral”, “Cante esa tonada que le gustaba al Nino”.
No podría, creía yo, establecer un vínculo entre una canción y un evento biográfico, personal, íntimo o como quiera llamarse.
No podría, creía yo, ver una imagen del pasado a través de los oídos.
No obstante, ahora me doy cuenta de que mi mente está comenzando a operar de otros modos. Exile On the Main Street, otrora un disco querídisimo, ahora tiene un salto. Me es imposible oír Loving Cup sin pensar en que hubiera sido si...

domingo, 22 de noviembre de 2015

Necesito un mal amor

Todo era calor, color
En las calles luminosas
Necesito un mal amor.

¿Qué es lo que quieres más tú?
Mi propia pregunta fue
Necesito un mal amor.

Cantando me encontré allí
Necesito un mal amor
Solo podía decir
Necesito un mal amor.

En el amarillo azul
En negro y blanco también
Necesito un mal amor.

Siempre será ese el final
Con el corazón abierto
Necesito un mal amor.

Cantando me encontré allí
Necesito un mal amor
Solo podía decir

Necesito un mal amor.

lunes, 16 de noviembre de 2015

Marta y sus caricias

- Me pregunto donde se habrá metido esta mujer – Repetía incesantemente Javier mientras hurgaba dentro de los muebles, debajo de las camas y revolvía todo cuanto existía a su paso en el pequeño cuarto que había alquilado para escribir.
- Esto es pan de cada día, Marta…¡¡¡¡¡Marta!!!!! Sólo el silenció le respondía proyectando su propia voz hacia los cuatro vientos y cerca de las cuatro de la mañana en un cuarto piso a cuatro cuadras del centro perfecto de la ciudad.
- Aparece ahora mismo, ¡¡¡te lo ordeno!!! Gritó con un ímpetu que hasta a él mismo dio un miedo aterrador.
Pero Marta no iba a aparecer. Javier estaba sano. Desde el punto de vista médico, humano y social. Nunca había estado enfermo como creía. Solamente era una mente creativa encerrada en sus miedos. Le faltaba energía para dar el paso de responsabilizarse de su destino y, ciertamente, nadie había visto a Marta jamás. Las ilusiones son privadas y por tanto no pueden ser juzgadas desde el exterior. Javier no pasaba de ser un tipo solitario y que tenía muchas dudas con respecto a sus capacidades. Ficción o no, Marta era un recurso que le ayudaba a poner los pies en tierra.
- Me estoy volviendo chiflado, mega chiflado, ultra chiflado.- Reiteraba y enfatizaba como hace la gente de su estirpe.
La sola idea de tener que enfrentar las responsabilidades de la vida lo paralizaba. Pero entonces, algo sucedió.
Pasaron los días y Marta jamás volvió, Javier la había buscado en los cojines, en las tuberías, en las paredes, destrozando toda la estructura del departamento cuando cayó en cuenta de que debía reparar todo para que el lugar fuese habitable. Invirtió tiempo y esmero en restaurar el lugar y lo hizo de manera brillante. De hecho, el pequeño estudio jamás se había visto tan hermoso. Luego empezó a fijarse en los detalles en un esfuerzo por darse la vida que merecía. Las luces eran más brillantes, los colores que escogió para pintar los muros eran alegres y llamaban a la actividad.
Así pasaron muchos días, meses, años. Javier había vuelto a la normalidad y se había recuperado de los traumas que le aquejaban. Marta había sido un catalizador para este proceso, un emoliente crítico para superarse y salir de las profundidades en que había estado.
Marta fue extinguiéndose en su imaginario. Era ya difícil que volviera a ver su traje de ritual marroquí, su cabellera pelirroja. La mayoría de edad mental para Javier ya había sido superada.

viernes, 13 de noviembre de 2015

Variaciones del sueño IV

Los niños bailaban. Yo escribía mientras ellos se divertían. Logré sacarlos de la isla en circunstancias que ni yo mismo logro entender, vencí a un extraño dragón solamente con mi katana y algo de suerte.
Estaba escribiendo y dibujando detalles de los hechos en un manual destinado a mis alumnos en el arte de la guerra.
André, Abdón, Antón, (algo así) parecía más crecido y seguro de sí mismo. Porta en el cinto una pequeña katana. ¿Le estaré enseñando ya las artes?
Paloma me demuestra más cariño del que acostumbra, es menos fría y distante. Ahora cuando me mira lo hace con unos ojos encendidos y que abrasan. Ella se deja conquistar por hechos más por palabras y sabe que arriesgué mi vida por la de ellos. Me lo agradece infinitamente y dejó de verme como un extraño.
Gradualmente se olvidan del que me quiso suplantar, al parecer el tipo no hizo mucho por su bienestar cuando esto implicaba dejar su zona de comodidad.
Con señas de las manos me invitan a bailar.
La cadencia es lenta y la canción de fondo se me hace familiar.
Por primera vez veo a los pequeños limpios, riendo y sin preocupación. Debo aprender a ser padre, pero creo que no lo hago nada mal.


miércoles, 11 de noviembre de 2015

La Primavera de los Cuentos




Pasadas las 17:30 me haré presente en el Parque Quinta Normal, a un costado de Balmaceda Arte Joven.

lunes, 9 de noviembre de 2015

Mágico

… Su madurez era mayor. Parecía estar más preparado que en las temporadas previas, había crecido y estaba menos ansioso.
La presión era la misma, pero ya tenía tres… perdón, dos campeonatos más la descalificación.
Hasta que tuvo ese accidente y se dio cuenta, por primera vez, de que no era infalible. Experimentó el peligro en primera persona de la manera más real que puede haber, afortunadamente para él no hubo heridas serias que lamentar. Le revisé y al cabo de una media hora pudo irse a casa por sus propios medios. Desde ese momento se volvió extremadamente humilde, siempre lo había sido, pero ahora era algo así como un iluminado. Tuve una relación muy cercana con él, creo que es el piloto al que he logrado acercarme más en mis casi cuarenta años de carrera como profesional de la salud en las pistas de carrera. Era un ser humano mágico… mágico…
Fui a la rueda de prensa y me despedí de él, le dije que se cuidara, que tenía mucho por ofrecer. Respondió: Haré lo posible.

Quince minutos después estaba revisando la calibración de los alerones de su auto…