Miraba el marco con mucha seriedad, con una veneración contemplativa.
- Esto es como la vida misma – Dijo.
- ¿Cómo así? – Pregunté con genuino interés.
- Si te acercas son manchas sin sentido, pero si te alejas, –
Dio un par de pasos muy largos hacia atrás – todo adquiere significado y ves la
imagen completa y entiendes cada detalle.
Desde ese día observar una acuarela dejó de ser lo mismo
para mí.