- Déjeme verlo. – Auscultaba las páginas como
el especialista que era, palpaba cada hoja y a veces olía el papel. Leía con
una rapidez furiosa.
- ¿Está muy complicado?
- Mire, a simple vista le falta el argumento
¿No se le habrá caído en el camino?
- La verdad es que no me fijé, lo traje tal
cual lo encontré.
- Bueno, algo puedo inventar para componer
eso. Algunas palabras sobran, pero las puedo limar y dejarlas a nivel.
- Que bien, oiga y sobre los saltos lógicos ¿Qué me dice? Mire esta parte, son las tres de la tarde y después de que pasea
con su pareja por Perquilauquén son recién un cuarto pasado las tres, no tiene
sentido.
- Esos son detalles, se pueden arreglar con
muy poco trabajo. Lo que creo se podría salir de presupuesto es la poca
elaboración del perfil de los personajes.
- ¿Saldrá muy caro?
- Le voy a respetar el precio por metro de
palabra, así no le queda tan oneroso y me cuesta menos hacer el presupuesto.
- Oiga, muchas gracias. No sabe cuanto me
ayuda, ve que este cuento es super bueno pero como estuvo tirado mucho tiempo
sin usar se le perdieron partes. Como lo repararon, además, dejaron algunos
trozos inutilizables.
- Típico, ahora cualquiera toma un par de
herramientas y se cree que puede arreglarlo todo. Mire, es un cuento viejo,
pero de gran manufactura. Lo voy a restaurar y cuando lo lea se va a acordar de
mí.
- ¿Cuándo vengo a buscarlo?
- En un mes lo tengo listo, así la tinta seca,
las palabras se aclimatan. Eso sí, no lo lea muy rápido los primeros días.
- Perfecto, muchas gracias.
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