lunes, 2 de julio de 2012

Estrella fugaz


¿Por qué? Imposible saberlo a ciencia cierta y sin caer en especulaciones que a ningún sitio llevan. Pueden ser muchas razones las posibles, seguramente muchas de ellas no las conozco ni se me ocurrirían en ningún caso.
Lo claro es que había algo que le provocaba malestar y le llevó a tomar una decisión tan radical y extrema. La vi unos cuantos días antes, hablamos de varias películas, de libros; recorrimos esa mentada ciudad sureña a la que tanto cariño le tengo y no vi nada que me pudiera hacer pensar en este desenlace. O estoy muy ciego, o lo ocultó muy bien.
Reímos, hablamos, hicimos lo que habitualmente hacíamos sin ningún tipo de contratiempo o distracción. Nunca se me va a olvidar ese abrigo rojo con gorro, esas botas negras con pompones y la curva más hermosa que he visto en una mujer: su sonrisa. ¿Qué le habrá hecho falta?, ¿Qué fue lo que no alcancé a ver?
Algunas palabras quedan para siempre en nuestra mente, tono, matiz, volumen y prosodia incluidos; me pasa en este momento al evocarte.
Hace un rato miraba el cielo y pensaba que cada estrella en él es una persona en nuestra vida. Unas brillan más y otras brillan menos. Unas se ven más cerca que otras, unas titilan más a menudo y alguna es más estable en su fulgor. Impensable un cielo sin estrellas de todo tipo, fugaces incluidas. Esas que en un abrir y cerrar de ojos están para luego desaparecer raudamente dejando un halo de luz que no dura más que segundos.
De repente ya no están…
La luna, enorme, parece ponerse un poco más tímida en la lontananza.
¿Dónde viven las estrellas fugaces?, ¿Queda algo de ellas cuándo el cielo las rechaza?, ¿Podrá el resto de las estrellas compensar el brillo perdido?
Tan luminosa, tan bella, tan brillante. No me lo explico.
Gracias eternas por tu luz efímera.

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