- Señor, el muchacho ha llegado. Le está esperando en la planta baja.
- Gracias Kaori, dígale a ese patán descerebrado que suba.
- Continuaré revisando los escritos, si me necesita llámeme a la
oficina.
- Descuida, esto va a tomar algún tiempo.
Vieuxtemps había citado a Guillermo a una hora bastante inusual para
una cita así y con algo de saña el día elegido era un Sábado, no esperaba que
se hiciese presente, sin embargo, puntualmente acudió a la cita como un alumno
responsable. Le dio por tarea leer una infinita cantidad de material, que de
partida, era my difícil de encontrar en las bibliotecas y librerías
tradicionales. Motivado por el ímpetu de la juventud y el idealismo
totalitario, Guillermo cumplió a cabalidad las tareas que le fueron impuestas.
- Hola, mequetrefe insolente.- Fue el saludo con que le recibió,
bastante cordial para el estilo de Vieuxtemps.
- Buen día.- Contestó al momento.
- Traes muchos libros, ¿Qué estás leyendo?
- Nahmanides, he consegui…
Antes de que pudiera cerrar la frase el viejo Vieuxtemps le arrebató el
libro de las manos, lo miró con gran aprobación y con una sonrisa espontánea
que le abarcaba de oreja a oreja.
- Bien, es buena lectura. Y que exquisita edición, al parecer la
traducción es bastante aferrada al original. Vamos a la obra, Kaori está
ocupada si que preparemos café sin hacer ruido.
- Claro.
Bajaron la escalera y en el primer piso estaba la más vasta colección
de libros que Guillermo hubiese podido ver en su vida. Estupefacto miraba los
títulos.
- Oye, pedazo de animal. Ayúdame con esto.
Guillermo despertó de su ensoñación ante el llamado de Vieuxtemps.
- Te voy a pasar algunos libros, ¿Sabes que cada libro tiene vida?
Guillermo puso una cara extraña, lo que oyó le pareció un disparate.
- Sí, baboso. Hay que explicarte todo. Cada libro que vez allí tiene
una vida de antes de haber llegado a este hogar, se cruzaron en mi camino y
terminaron acá. Si presto un libro y alguien lo abre, lee y entiende estará
prolongando su vida. Nacieron para ser leídos, ojalá no por solo un ente, entre
más sujetos lo hagan mejor para ellos.
- Entiendo. – Guillermo era muy escueto en sus palabras ahora que el
anciano el había invitado a “estudiar”, prefería escucharle a entramparse en
discusiones sin fin sobre asuntos prescindibles.
- Te vas a llevar éste... Sí también aquél. Ojo con los estudios pictóricos y matemáticos. Espero no te vayas a ir de espalda con tanto descubrimiento. Gematría, también es bueno que vayas sabiendo de ella. Filosofía... no, no va contigo, tu eres más bien práctico. Física, también es necesaria. ¿Está listo el café?
- Sí, Señor.
- Muy bien, comencemos.
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