Escribir

Me preguntaba hace unos días la Fran, ¿En qué momento dejaste de hacer fábulas?, ¿Por qué ya no escribes igual que antes? Mi respuesta inmediata fue que no hay cambio alguno en mi estilo, ni en mi profundidad, ni en mi alcance. Luego de releer mis escritos visualicé que, en efecto, si hay algunas distinciones con respecto a como escribía (o mejor dicho, no escribía por lo poco prolífico) el año pasado.

Soy más directo y trato de contar en mis relatos experiencias que en circunstancias distintas me habría avergonzado de incluir en mi blog. Es que mi respeto al lector es guiado por darle suficiente material para su lectura y también por que ahora me es placentero el acto de escribir, sin detenerme a cavilar lo que la persona X, la Y o la Z pueden pensar de mi arte creativo. No tengo limitaciones, no tengo críticas que llevar sobre los hombros, ni pecados que confersarle a nadie, cosa que hasta hace muy poco era para mí una convicción adquirida.

Escribo y escribo, es un deleite ver como de cualquier detalle para otros irrelevante puedo elaborar un escrito que me deja bastante satisfecho. Otras ideas piden más elaboración y se las doy, teniendo el respaldo de que ya he escrito lo suficiente y puedo darme el “lujo” de tomarme más tiempo en ciertos proyectos.

Así, pasé del relato impersonal y distante a una especie de autobiografía. Quizá el haber tenido que armar un blog nuevo sea la razón, quizá el cúmulo de emociones y hechos que en tan poco tiempo he debido de enfrentar me exigen realizar una actividad terapéutica como es ésta.

Se lo recomiendo a todo el mundo, tomar cualquier tipo de lápiz y tácitamente decir: pasé por acá y dejé esto. Acercarse a dibujar también es una actividad hermosa, por muy mal que se haga es expresión pura de lo que existe en el alma. Es pasión creadora sin freno en absoluto, lo único que puede cohartar el lanzarse a un arte son miedos o angustias que el mundo trata de imponernos. ¿Tienes suficiente carácter y fuerza de voluntad para darles la pelea? Tengo la firme convicción de que la respuesta es positiva.

En lo personal me encanta, me hechiza lanzar líneas con una pluma o teclearlas al computador.