miércoles, 16 de mayo de 2012

La novena ola


La balsa se menea y siento la ansiedad en sus rostros. Las olas atacan sin ninguna piedad y la pequeña e indefensa barcaza sosobra. El mar inmenso rodeándolo todo, gélidos rostros buscan su destino y llegar a tierra firme, las manos toman con firmeza las cuerdas que hacen de guía de los remos. ¿Podrán cumplir su objetivo? Metros y metros de agua por todos lados, la espuma del mar rozando el horizonte.
El sol tiñe de tonos rojizos y amarillos todo lo que no es agua. El cielo se cubre de fuego y contrasta a totalidad con todo lo demás. Mirar hacia arriba promete cosas que el presente no otorga.
La naturaleza se hace presente en todo lugar y es inmensa respecto del resto, la eterna lucha del humano contra su azote está representada fielmente. Son apenas cuatro hombres poniendo a prueba su carácter, su arrojo e ímpetu sin saber yo que proyecto tienen en mente.
Pienso en que haría yo en esa situación, en como me sentiría, en como organizaría a todo el mundo para llevar a cabo la tarea maratónica en forma óptima.
¿Habrá esto sucedido realmente o será fruto de una imaginación muy nutrida? No puedo llegar a una conclusión plausible en estos instantes, pero sé que de haber sucedido estos hombres deben de haber tenido un temple monumental.
Cuento las olas y avisto solamente tres, pero de dimensiones gigantescas y de muchos metros de altura. La segunda es preocupantemente fiera y amenazante, dudo que puedan mantenerse sobre el paupérrimo medio de transporte del que disponen. No me explico ciertas cosas.
El brillo, el contraste, la calidad fotográfica del encuadre. Es hermosísimo el despliegue de luces. Me impacta la crudeza del lienzo con su hegemonía centrada en el desastre incontroblable por manos humanas. ¿Por qué se llamará la novena ola?
Soy incapaz de dejar de mirarle, el realismo es total. El pintor un ruso de no mucho renombre. He descubierto la belleza, se me presenta ante los ojos por mera casualidad y estoy consciente de que este cuadro es sublime en toda acepción de la palabra…Me deja casi sin respiración.

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