martes, 9 de octubre de 2012

Pérez


Un café puede servir a distintos medios y generar, quien sabe bajo que efecto producido a nivel cerebral, las más diversas ideas o modos de comunicar. Claro estaba para Pérez, un empleado público cualquiera, que solo frente a una taza humeante y en compañía de sujetos sosos al igual que él; era la casi única instancia que tenía para dejar de pensar en el trabajo rutinario y horrible que le permitía devengar.
Pérez se sentía solo la mayor parte del tiempo y llamaba constantemente a sus amigos con ocupaciones más entretenidas que la suya. Ante la típica pregunta: “¿Cómo estás?” su respuesta era un clásico y demasiado abusado: “Bien, ¿y tú?” Y pasaban los días, y pasaban los meses.
Aunque quería irse al campo no podía hacerlo, mucha gente depende de Pérez. Su mujer, por ejemplo, que casi no habla y que no posee en lo más mínimo las capacidades para ser una compañera. No tiene carácter para nada y además ni siquiera es un aporte para la crianza de la prole, salvo por que Pérez no maneja y su esposa hace las veces de chofer, no sumaría efectivamente nada a la relación. Su madre, también depende de Pérez pues es incapaz de salir de casa sin perderse o sin que la estafen con los vueltos de las compras domésticas más simples. Su hija, a quien no puedo criar como es debido y que ahora de adulta le consta se ha transformado en un lastre social que causa casi solamente problemas y cuya estabilidad psicológica le caben grandes dudas, requiere también una supervisión férrea en sus actividades. Pérez quisera que le hicieran más caso.
La vida de Pérez no es tan mala, o eso quiere creer él. Algunos en el trabajo le ven como un líder y le dan todo el apoyo para que tome decisiones por ellos. Es un secreto a voces y casi unánime de los trabajadores que como es el único que quiere hacerse cargo de estos trámites y reuniones, por ello saca mayorías tan abrumadoras en las votaciones.
También está rodeado constantemente de parientes que hacen muchas y mejores cosas que él y les ve principalmente los fines de semana. Aunque no se imagina realizando lo que ellos, pues es en extremo práctico y no demasiado imaginativo, su ego aumenta cada vez que los ve y se apropia de los talentos de los otros. Eso por lo menos es una vía de escape.
Y así es la vida de Pérez y de los Pérez, fingir que todo está bien. Jugar a ser una familia bonita y dejar que el tiempo pase, lo importante por ahora es trabajar a brazo torcido y juntar todo el dinero que sea posible. Lo que Pérez ignora es que por buscar como objetivo hacerse rico, es tan pobre que solamente dinero tiene.

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