domingo, 21 de octubre de 2012

Arenga de un personaje


Después de haber realizado esta noble actividad durante décadas he llegado a la decisión de que el retiro es lo mejor. Hoy por hoy no resulta digno, para que decir rentable siquiera. Recuerdo antaño hubo tiempos mejores, jamás se repetirán.
Es una lástima que tantos de nosotros hayamos perdido el rumbo, y que tantos otros pasaran por tantas penurias y desgracias. Era de esperarse de cualquier modo, mi teoría se ha comprobado.
Siempre pensé que no podíamos venir de la nada como muchos personajes creían, y es la verdad, todos somos meras creaciones plasmadas en papel por los escritores para no tener que lidiar con sus propios miedos y vergüenzas, en el fondo somos caretas y disfraces de estos sujetos. Eso es harina de otro costal y no profundizaré en ello.
De cualquier modo, antes eran más gentiles y nos otorgaban habilidades mayores. Podíamos acabar con imperios, ejércitos o armadas completas guiados solo por el amor y la esperanza. Eso hoy no vende.
Teníamos grandes conocimientos que se han perdido gradualmente a medida que ha pasado el tiempo, ¿qué personaje hoy juega Go?, ¿qué personaje aprecia los cuartetos de cuerda de Mozart?, ¿qué personaje actual está capacitado para poder apreciar una pieza pictórica de forma íntegra? Ni siquiera los hacen salir de casa, a lo más ven TV, discuten, se pelean y tienen mal sexo. Hasta los artistas del crimen se han perdido, se han extinguido también los que podían montar horcas en escasos segundos o tener ideas imponentes, presos de la locura y que al fin y al cabo utilizaban su potencial en actividades interesantes. Siempre hay que respetar a los villanos, ya que, son colegas (también tienen la categoría de personaje) y para ser un malhechor se debe haber vivido mucho e intensamente.

Qué tiempos aquellos que no volverán, cada día me siento más solitario y triste, más limitado e incomprendido; y es que los personajes de antes éramos mejor pensados, nuestros padres invertían mayor energía en crearnos, aunque fuéramos simples remedos de sus propias personalidades y respondiéramos a sus propias experiencias más que a las nuestras. Recuerdo a un tal Lucas, una Beatriz, un Horacio, a los Buendía y otros tantos que si bien no recuerdo de nombre respeto por sus hazañas y enseñanzas.
Las novelas en las que aparecíamos resultaban menos vendidas, pero se hablaba más de ellas. Y que decir del contexto en que estábamos, siempre en hojas blancas y pulcras, hoy de eso nada, si hasta he visto personajes tirados en el piso, huyendo de la policía, vendiéndose desteñidos y miedosos por escasas monedas en las veredas de esta ciudad.
He visto incluso algunos menos afortunados siendo quemados, es horrible.

Éramos admirados y estudiados en las Universidades, era espléndido. Por lo general, teníamos lugares bellos donde vivir o, si no era el caso, amigos con quienes contar. La vida de los personajes de hoy es muy difícil, muchos se separan tempranamente de sus señoras personaje, algunos llegan hasta la decisión irrevocable y lamentable de cometer suicidio (sucede con frecuencia).
No es su culpa, sucede que están menos preparados para la vida, hoy todo es más rápido y vertiginoso. Puedes ser muy célebre hoy, tener un par de años en plenitud, llenar unas cuantas páginas y en un abrir y cerrar de ojos eres un personaje olvidado.
Los personajes de hoy no deben luchar por pagar el alquiler o por el alimento diario, más bien sus intereses y prioridades se centran más en soportar la vida, el trabajo rutinario, a sus familias, la falta de proyectos y conseguir alcohol a buen precio. Los maestros de escuela no los toman en cuenta, prefieren a algunos de lo más antiguos.
Es más, a veces hasta resultamos innecesarios pues la gente prefiere al personaje de la película. Cuando se presenta el éxito en la vida de un personaje, muchas veces se roda su vida en celuloide. No obstante, los directores de cine atacan severamente nuestro honor, ni siquiera nos consultan a nosotros sobre como nos habríamos comportado en una situación particular. Si bien nuestra vida es prestada somos los primeros en vivirla, detalle no menor. Algunos ni siquiera nos correspondemos a como la gente nos imagina.
Me gustaría saber si se podrá hacer algo por nosotros, no tenemos sistema de defensa alguno. Nunca fuimos desconfiados por lo que muchos de nuestros nombres están escasamente patentados, los de más edad nunca pensamos en que iban a producir series de nosotros, que hablaríamos diversidad de idiomas, que nos vincularían a la computación, ¡que va! Nada de eso.

No se malentienda mi discurso, tuve una vida excelente. Fui uno de los prolíficos, aún cuando obligan a los niños a estudiarme sigo siendo querido por un gran porcentaje de personas, fui pobre y también rico, recorrí el mundo y conocí a grandes personas, dije frases que serán recordadas por siempre e incluso puedo con total seguridad decir que conocí el amor.

Si me dieran a elegir no cambiaría nada en mi vida, tuve grandes vivencias que puedo aún compartir. Y, en definitiva, ¿No son el principal requisito para ser personaje?

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