Después
de haber realizado esta noble actividad durante décadas he llegado a la
decisión de que el retiro es lo mejor. Hoy por hoy no resulta digno, para que
decir rentable siquiera. Recuerdo antaño hubo tiempos mejores, jamás se
repetirán.
Es
una lástima que tantos de nosotros hayamos perdido el rumbo, y que tantos otros
pasaran por tantas penurias y desgracias. Era de esperarse de cualquier modo,
mi teoría se ha comprobado.
Siempre
pensé que no podíamos venir de la nada como muchos personajes creían, y es la
verdad, todos somos meras creaciones plasmadas en papel por los escritores para
no tener que lidiar con sus propios miedos y vergüenzas, en el fondo somos
caretas y disfraces de estos sujetos. Eso es harina de otro costal y no profundizaré en ello.
De
cualquier modo, antes eran más gentiles y nos otorgaban habilidades mayores.
Podíamos acabar con imperios, ejércitos o armadas completas guiados solo por el
amor y la esperanza. Eso hoy no vende.
Teníamos
grandes conocimientos que se han perdido gradualmente a medida que ha pasado el
tiempo, ¿qué personaje hoy juega Go?, ¿qué personaje aprecia los cuartetos de
cuerda de Mozart?, ¿qué personaje actual está capacitado para poder apreciar
una pieza pictórica de forma íntegra? Ni siquiera los hacen salir de casa, a lo
más ven TV, discuten, se pelean y tienen mal sexo. Hasta los artistas del
crimen se han perdido, se han extinguido también los que podían montar horcas
en escasos segundos o tener ideas imponentes, presos de la locura y que al fin
y al cabo utilizaban su potencial en actividades interesantes. Siempre hay que
respetar a los villanos, ya que, son colegas (también tienen la categoría de
personaje) y para ser un malhechor se debe haber vivido mucho e intensamente.
Qué
tiempos aquellos que no volverán, cada día me siento más solitario y triste,
más limitado e incomprendido; y es que los personajes de antes éramos mejor
pensados, nuestros padres invertían mayor energía en crearnos, aunque fuéramos
simples remedos de sus propias personalidades y respondiéramos a sus propias
experiencias más que a las nuestras. Recuerdo a un tal Lucas, una Beatriz, un
Horacio, a los Buendía y otros tantos que si bien no recuerdo de nombre respeto
por sus hazañas y enseñanzas.
Las
novelas en las que aparecíamos resultaban menos vendidas, pero se hablaba más
de ellas. Y que decir del contexto en que estábamos, siempre en hojas blancas y
pulcras, hoy de eso nada, si hasta he visto personajes tirados en el piso,
huyendo de la policía, vendiéndose desteñidos y miedosos por escasas monedas en
las veredas de esta ciudad.
He
visto incluso algunos menos afortunados siendo quemados, es horrible.
Éramos
admirados y estudiados en las Universidades, era espléndido. Por lo general,
teníamos lugares bellos donde vivir o, si no era el caso, amigos con quienes
contar. La vida de los personajes de hoy es muy difícil, muchos se separan
tempranamente de sus señoras personaje, algunos llegan hasta la decisión
irrevocable y lamentable de cometer suicidio (sucede con frecuencia).
No
es su culpa, sucede que están menos preparados para la vida, hoy todo es más
rápido y vertiginoso. Puedes ser muy célebre hoy, tener un par de años en
plenitud, llenar unas cuantas páginas y en un abrir y cerrar de ojos eres un
personaje olvidado.
Los
personajes de hoy no deben luchar por pagar el alquiler o por el alimento
diario, más bien sus intereses y prioridades se centran más en soportar la
vida, el trabajo rutinario, a sus familias, la falta de proyectos y conseguir
alcohol a buen precio. Los maestros de escuela no los toman en cuenta,
prefieren a algunos de lo más antiguos.
Es
más, a veces hasta resultamos innecesarios pues la gente prefiere al personaje
de la película. Cuando se presenta el éxito en la vida de un personaje, muchas
veces se roda su vida en celuloide. No obstante, los directores de cine atacan
severamente nuestro honor, ni siquiera nos consultan a nosotros sobre como nos
habríamos comportado en una situación particular. Si bien nuestra vida es
prestada somos los primeros en vivirla, detalle no menor. Algunos ni siquiera
nos correspondemos a como la gente nos imagina.
Me
gustaría saber si se podrá hacer algo por nosotros, no tenemos sistema de
defensa alguno. Nunca fuimos desconfiados por lo que muchos de nuestros nombres
están escasamente patentados, los de más edad nunca pensamos en que iban a
producir series de nosotros, que hablaríamos diversidad de idiomas, que nos
vincularían a la computación, ¡que va! Nada de eso.
No
se malentienda mi discurso, tuve una vida excelente. Fui uno de los prolíficos,
aún cuando obligan a los niños a estudiarme sigo siendo querido por un gran
porcentaje de personas, fui pobre y también rico, recorrí el mundo y conocí a
grandes personas, dije frases que serán recordadas por siempre e incluso puedo
con total seguridad decir que conocí el amor.
Si me dieran a elegir no cambiaría nada en mi vida,
tuve grandes vivencias que puedo aún compartir. Y, en definitiva, ¿No son el
principal requisito para ser personaje?
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