lunes, 10 de diciembre de 2012

Seres creativos


- Hay tres tipos de personas. Las creativas, las que nacieron para vislumbrar mundos nuevos y cosas por hacer allí donde nada hay aún. Las que no crean, pero tienen cierta sensibilidad y pueden admirar las obras artísticas. Y bueno, el tercero es, aquélla gente que no sirve para nada de lo anterior. No me referiré a ellos.
- ¿Eso se puede educar o Ud. ve eso cómo algo inamovible desde nacimiento?
- Te lo digo como que mi nombre es Felipe Vieuxtemps, hay raros casos en que una persona pasa de una tipología a otra. El que ha nacido para cultivar un área lo hará desde antes de salir del vientre de su madre, ni siquiera se dará cuenta cuando ya estará consolidado. Eso le da funcionamiento a la sociedad, lo triste es que más de alguno jamás querrá asimilar su rol e intentará ser creativo por todos los medios posibles, ¿Hay alguien capacitado para enseñar ese tipo de temática? Yo creo que no. Un guitarrista amigo me dijo algo muy cierto, puedes enseñarle música hasta a un mono bien entrenado, pero no puedes enseñarle a nadie a sentirla y, por ende, a ser musical. En la literatura sucede francamente lo mismo.
- ¿Qué propone Ud a la academia entonces, cómo abordar ese tema?
- Simple, que sigan haciendo lo que hacen. Mientras el negocio sea rentable clases se seguirán impartiendo y con ello hay un interés  de parte de los estudiantes, que son mercado, cliente y público todo a la vez. De cada mil muchachos que estudien formalmente el asunto a quinientos no le van a quedar recursos de hacer algo interesante, a unos doscientos se les va cerrar el entendimiento y creo que unos cinco, por rebeldes y abiertos de mente, podrán hacer cosas más allá del límite cognitivo que te trazan.
- La academia, entonces, ¿Sería un enemigo de la literatura?
- Algo así, pero uno de los más débiles y también de los que carecen de mérito como para llamar nuestra atención. Es mejor pensar que su existencia es nula y seguir con lo nuestro. Cuando escribes no automatizas, no haces moldes ni figurines. La educación formal te enseña a cosificarlo todo, hasta la inspiración. Cuando eso pasa ya estás frito, las palabras mueren en lenta agonía cuando eso acontece.

No hay comentarios:

Publicar un comentario