viernes, 21 de diciembre de 2012

Cantores que reflexionan


- Yo le decía tío, por respeto en realidad, por que era casado con una hermana mía. Yo aprendí como el agua a tocarle la guitarra grande.
- ¿Cómo es eso Don Audilio?
- Que yo sabía muchazo po’ oiga. Pero no pude seguir tocando por esta uña. Mire, ve. Me complicaba pa’a tocar los manojos. Me dolía re mucho, si que me pase a la guitarra chica y toco con uñeta.
- Se le ve como herido el dedo.
- No, si no me crece. Me recondenara yo, si es muy re bonito el guitarrón, pero como le digo amigo con todo respeto, no fui capaz. Esta uña no me crece na'.
- Se habla mucho de su tío, Don Juan de Dios. Del otro que se habla harto y no se sabe si existió es el zurdo Ortega.
- Meh… Si existió po’ oiga, muy bueno que era el zurdo. Pa’l postureo, pa’ la melodía. Sabía harto el hombre. Y tocaba con la guitarra chica, la grande tal cual. La daba vuelta no más y rasgueteaba con la derecha. A mi tío le enseñó hartas afinaciones... Ahí tiene.
- Mire, esa no me la sabía yo.
- Y por fundaos tampoco se quedaba el hombre, se sabía cuanto verso usted le pidiera oiga. Y con los manojos era buenazo, eso me gusta de la grande que con las madejas de cuerdas es más fácil ir tocando, pero pa’ ser bueno más que melodías hay que aprender versos.
- Eso me falta, aprender versos.
- Aproveche Ud., que tiene la vista buena y sabe leer. Yo no pude nunca leer oiga, si hubiese aprendido quizá cuanto verso lindo manejaría yo ahora en contribución.
- Aún así sabe harto Ud., se queja de puro lleno.
- Meh… Si saber más nunca sobra. ¿Y Ud. es pircano?
- No Don Audilio, yo soy de Puente Alto.
- ¿Y el Alfonso le enseña?
- Claro, en los talleres que hace en el Parque Gabriela.
- Bueno está oiga. ¿Iremos luego a cantar?
- Hay que esperar a Don Alfonso, falta que terminen estas chiquillas que están cantando también.
- Oiga que lo hacen lindo, son ordenaditas, ¿Me alcanzaré a chupar un pucho?
- Déle no más.
- ¿Y se puede acá?
- Sí, estamos afuera de la casa y hay más gente fumando.
- Yo le voy a preguntar hartas cosas, ve que la vista me está fallando. Pero la voz y la compañera no fallan, si que le vamos a cantar igual no más al amigo. No lo conocía na’ yo eso si po’.
- Yo tampoco, fíjese.
- Pero lo importante es venir a mostrarle respeto a él y a su familia, en estos momentos es cuando uno tiene que acompañar.
- Don Audilio, ahí viene Don Alfonso, vamos pasando. Tome la guitarra, yo me llevo el guitarrón.
- Bueno está pues.
- Leo lo va a llevar adentro, yo voy altiro.

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