lunes, 30 de enero de 2017

La Alianza siempre será la Alianza

El 23 de Agosto de un año terminado en trece, la Alianza envió secretamente una carta para terminar la guerra. En bellos y poéticos términos se establecían las condiciones para una tregua definitiva, manifestando que dicha constructiva proposición de paz quedara en secreto.
La Patria Independiente leyó de principio a fin la misiva, elegantemente redactada. No hubo reacción ante ella, a todas luces se trataba de una trampa. A pesar de los ofrecimientos de estabilidad y de la apertura a un nuevo estado de equilibrio entre las partes involucradas, era difícil de creer que tuviera un sustento sólido.
No se limaron las asperezas del conflicto, es más, se acentuaron. La guerra continuó de todos modos, se conserva aún la carta; como una anécdota en un museo, donde el público puede leerla y consultarla.
Ningún visitante posa sus ojos en ella sin una exclamación cargada de fuertes epítetos.

La Alianza será siempre la Alianza, hay cosas que no cambian.

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