Se armó un cigarrillo con el poco tabaco que Tristán le dejó.
Guardó la guitarra en su estuche, revisó que no quedara nada olvidado en el
estudio y, finalmente, apagó la luz. Subió la escalera a oscuras y salió del
lugar.
Lo esperé en la puerta, ninguno de nosotros sabía que esa
sería su última sesión de grabación juntos.
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