martes, 9 de agosto de 2016

Hit

Llegó corriendo hasta el cuartucho donde ensayábamos y nos encontró jugando al carioca. Gritaba como una loca y agitaba las manos como si tuviera epilepsia o algo así, parecía una maniática.
No nos oía, llevaba unos grandes fonos puestos y los cascos no le permitían entender lo que le decíamos. Empezamos a preocuparnos.
De repente dijo a toda voz en pecho: “-Están en la radio, están en la radio.”
Prendimos el viejo equipo que teníamos para escuchar vinilos y fuimos pasando emisoras, hasta que lo comprobamos. 
Estábamos sonando en una de las principales emisoras del país.

Nunca tuve un día más feliz que ese.

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