viernes, 2 de octubre de 2015

A veces

A veces te despiertas y, no obstante, te quedas acostado más del tiempo necesario, retrasando así toda tu jornada. Para rectificar este ocasional regaloneo le quitas tiempo al desayuno y por lo mismo comes menos o bien decides tomar un taxi en vez del habitual bus con el fin de intentar llegar a tiempo al trabajo. Si llegas tarde, te quedas a compensar la deuda a tu jefe con un extra en la tarde o acortando el almuerzo.

A veces una palabra se te queda pegada en la boca y en la mente y la pronuncias hasta que ya pierde sentido. Entre más larga sea o menos la uses más susceptible es que pase por este proceso. Las esdrújulas y sobre esdrújulas son las potenciales víctimas que más prefieres por ser más vulnerables a desarmarlas en sílabas

A veces se te viene una idea formidable a la cabeza y la escribes de inmediato sin importar nada más. Tristemente, no siempre recuerdas grabarla en el computador. Es una lástima que eso suceda, pero en más de una ocasión se ha dado el caso.

A veces te acuerdas de ella y los momentos gratos que pasaron juntos, la acaricias en tu imaginar y desearías haber hecho las cosas de un mejor modo. Pides persón por tus errores y le agradeces mentalmente todo; después algo te distrae y te devuelve a tu cotidiano.

A veces vas por la calle, en el Metro, o en verdad en cualquier lugar donde haya gran cantidad de gente, y al mirar a la rápida a un desconocido crees ver el rostro de un pariente cercano ya muerto hace años. Te reincorporas y diriges la vista a otro lado con disimulo ante la cara curiosa del extraño.

A veces piensas en que pasaría si te dedicaras a otra cosa nueva y no explorada. Vas lanzando líneas y planeando el quehacer. Sacas presupuestos y evalúas la viabilidad del proyecto en cuestión. Te gusta hacer de todo un poco y disfrutarlo, pero miras a tu alrededor y encuentras una serie de cosas pendientes.

A veces ves una mujer bonita en la calle y le hablas. Tienes buena llegada y eres de conversación interesante. Terminan en un café charlando de cualquier tema simpático, el tiempo corre de otro modo y te das cuenta de lo feliz que te hace conocer gente nueva de forma azarosa. Puede que retengas el número de teléfono como que lo olvides, puedes llamarla o perder la motivación.

A veces lees mal y no entiendes un carajo el sentido de las frases literarias, retrocedes un poco en el texto y te ríes por no haber sido capaz de comprender a la primera. Empiezas a leer más lento y con mayor precisión, te haces consciente de las ideas y las retienes.

A veces te quedas mirando el celular con cara de idiota y marcas un número que sabes está prohibido. Dudas, pero marcas igual. Las consecuencias son atroces para ambas partes involucradas, la intención de arreglar las cosas por si solas no es suficiente cuando el aire está enrarecido.

A veces te estás quedando dormido y tu mente sigue funcionando. Casi en sueños te llegan melodías y piensas con total fatiga: Que excelente canción sería esta! Y sabes que se te olvidará. Por la mañana algo recuerdas, si la guitarra es amable contigo das con el tono y has creado algo nuevo.

A veces te pones a pensar en el tiempo, en su relatividad y en que no puedes ni crearlo, ni comprarlo, ni almacenarlo y que todos sin excepción tienen un día con el mismo número de horas. Cuando dejas de pensar te das cuenta de que has perdido tiempo valioso.

A veces quieres decir algo y te enredas, te vas por la tangente y se te olvida lo principal. Terminas diciendo cosas prescindibles y no logras determinar hasta que punto transmitiste el mensaje. Es difícil comunicar y lo tienes más que claro, hay que manejar mejor los nervios y el miedo, especialmente.


A veces te miras al espejo y ves al ser humano más hermoso del planeta, para los demás es ostensible la energía que transmites y te sientes caminando sobre una nube. Todo sale muy bien y te sientes pleno y lleno de vida.

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