Siendo tricampeón, habiendo sido contratado por la escudería con el
auto más competitivo y estando rodeado de pilotos de menor experticia y experiencia que él;
todos los ojos se posaban sobre Emerson Fanna.
Más maduro en la conducción y lo emocional, se esperaba que el sudamericano arrasara en esta carrera y en todas las siguientes. Su nuevo compañero de
equipo, la promesa Raymond Fell, era un gran escolta que garantizaría buenos
resultados.
Antes de la primera largada del campeonato todo era expectativa.
El brasileño Fanna, como era costumbre, largaba primero en la grilla.
Seguido de Fell, su co-equipo.
Su más fiero contendor, Jean Klost, se había retirado del deporte
tuerca para dedicarse a los comentarios y la locución, se encontraba en un
puesto privilegiado para observar la carrera.
Antes de comenzar el encuentro, a través del micrófono del casco y con un
tono cargado de ternura y cariño, Fanna saludó a su antiguo rival, compañero de
equipo y némesis.
- Un abrazo para Jean, que sé me está escuchando. Su ausencia en la
pista se siente y estoy muy triste de que haya tomado la decisión de dejar las
carreras, espero que este año tengamos la adrenalina que tuvimos en el
campeonato anterior. Paz y amor, Jean. Paz y amor.
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