martes, 31 de marzo de 2015

Marcha obligatoria en Sib Mayor, Op. 97 (También conocida como Método cartesiano infalible para matar a 4.572 hombres de derrame cerebral).

Tic-tac-tic-tac-tic…

Cada paso en esta marcha
tiene un espacio y un ahora
que se debe respetar
por exacto y relativo

Tic-tac-tic-tac-tic…

Nadie es el dueño del tiempo,
solo una sugerencia en este juego,
el pulso es exigencia;
el mañana nunca llega,
pero vendrá, supongo, algún día…

Tac-tic-tac-tic-tic-tac…

La respiración acompasada,
el latir del corazón
(ausente en los que se ponen
delantal u overol
para ejercer la actividad)
marca los tiempos fuertes.
La batuta juega con los sueños creativos e inocentes,
el metrónomo se venga
de haber sido ignorado y vilipendiado
por los mocosos que llevan el ritmo en la sangre,
con dura anemia en el cuerpo.

TOC-TOC-tic-tic-tic-tac…

Hasta el más hosco silencio,
el más destartalado y carente de notas,
tiene una síncopa por ahí,
una corchea con punto por allá.
Las fracciones agarrotadas salen de paseo:
2/4, 3/8, 6/8, 3/2, 7/4, 12/9;

Tac-tic-tic-tac-TOC-tac-TOC…

Cada paso en esta marcha obligatoria
es un paso obligatorio,
con pulso obligatorio.
El público tiene opción de prestar oreja, algún día…


“Hoy no se fía, mañana sí”.

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