viernes, 20 de febrero de 2015

Fin del mundo

Mientras se lavaba la cara, mientras llenaba la botella con agua; comenzó a temblar. De arriba abajo y de izquierda a derecha. Las paredes, de a pedazos, rodaban por el suelo. La vibración era constante e incesante. El espejo se nubló, la puerta no se dejó abrir con facilidad. Parecía el fin del mundo.
Al salir del pasillo avistó el epicentro de tan conmovedor suceso. En una silla, sentado a piernas cruzadas, un sujeto familiar y a la vez extraño tocaba un instrumento aún más raro. ¿Eso era todo?
Claro que sí, eso era todo y nada más. Solo unos cuantos dedos posados sobre un trozo de madera encordado.
No era el fin del mundo para nadie aún, pero tiempo después alguien se hizo historia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario