O eres negro o eres blanco, o abres el juego o lo cierras, partes con
ventaja o sin ella. Dominas el tablero o te dominan, haces tu estrategia o te
acostumbras al caos. Puedes arriesgar o ser conservador, puedes guiar al error
o esperarlo de tu contrincante. Si te acomoda es posible crear distractivos
aunque también podrías no hacerlo, puedes ser predecible o explosivo, puedes
respetar las reglas o pasarlas por alto. Puedes hacer tu jugada o cederla al
contrario, en toda jugada. Puedes tomar el té o saltarte este ritual.
Expandirte por las esquinas es una opción o bien asegurar el medio del campo,
tus grupos pueden ser alimentados con muchos reclutas y en ocasiones ser
reducidos en cuanto número de componentes. Conectarlos es una opción, dejarlos independientes
otra. Todo en realidad es flexible, debes decidir qué y como quieres ser y
hacer. Elige con precaución, elige con cuidado, pues no es viable tener todo lo
que consideras positivo. No se puede ganar todo en una partida y la vida es una
partida más ¿Cómo la vas a jugar?
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