miércoles, 21 de mayo de 2014

Destino del cantor

Tengo que morir cantando
Porque llorando nací
La suerte que antes perdí
Ahora la ando buscando.

Gabriel Huentemil Ortega
Lleva por nombre el cantor
Gran poeta y payador
Que su talento despliega.
Desde el alfa hasta el omega
Mis versos van entonando.
No se verá el día cuando
Pierda en esto la alegría,
Con mi voz de pedrería
Tengo que morir cantando.

En provincia Cordillera,
Y Puente Alto la comuna
Yo he tenido la fortuna
De ver lo que el canto encierra.
Y fue solo en esta tierra
Que el guitarrón conocí.
El instrumento aprendí
De un gran maestro pircano,
Tengo el placer en mis manos
Porque llorando nací.

Al cantar tengo gran gozo
Y mi alma se desarrolla,
Toda pena un verso arrolla
Al espíritu es reposo.
El cultor sin ser pomposo
El arte la lleva en sí.
Yo sus dones comprendí
En las ruedas de cantores,
Encontré entre los mejores
La suerte que antes perdí.

Yo me pulo y me cultivo
En el canto a lo poeta
En la décima y cuarteta
Mi ingenio es agudo y vivo.
Esta herencia la recibo
Siendo aún un educando.
Por día a día ir tratando
La habilidad se acrecienta,
Y la afinación cuarenta
Ahora la ando buscando.

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