Indeciso,
inseguro y taciturno esperaba el tren con lucecitas verdes que le llevaría a su
lugar de trabajo. La puerta se abrió frente a su nariz. La coqueta voz cantó en
tono hipnotizante “Permita bajar antes de subir”. Nadie descendió del vagón, y
no logró descifrar si era correcto abordar o no. Esperó ansioso el arribo de
la siguiente máquina.
Bloggeando, me encontré con tu escritura.
ResponderEliminarMuy bueno; es grato leerte.
Saludos