No logré retenerlo todo, esto fue lo quedó cuando desperté:
Por las noches te visito y nunca te has percatado de mis caricias. No
hago ruido alguno al deplazarme ahora y llego a velar por tu inocente sueño y
te arrullo y te canto. No lo sabes pero cada melodía que crees se te viene a la
cabeza es una que yo te cantado más de alguna vez.
Has crecido mucho y veo como, siempre de a poco y con cautela, vas
creciendo y atreviéndote a más. No quiero ser pedante, pero mi ausencia ha sido
la causante de que hoy te estés desarrollando tanto. Sólo necesitabas un
pequeño empujón que te hiciera ver las cosas en perspectiva, el potencial
estaba y también las dudas, pero ellas han decidido mudarse a otro lugar. Eso
sí, un paso a la vez, no te apresures.
Y eso de estar solo no es malo, no le temas por que en realidad nunca
lo has estado y jamás lo vas a estar. Cuentas conmigo en toda ocasión, cuando
abras tu corazón y mires esa gran estrella que me regalaste estaré allí para
ti.
Yo también estoy mejor, también las cosas para mí han cambiado mucho.
Desafortunadamente no puedo acercarme a conversar contigo acerca de ello, pero
cuando la felicidad te inunde y el pecho se te infle sin explicación alguna es
a causa de que mi energía es tuya pues la quiero compartir con la única persona
que me dio todo lo que tenía.
Te ves tan vulnerable, tan transparente cuando duermes que no puedo
sino estremecerme pensando y sabiendo que me recuerdas, que me extrañas y que
incluso te sientes un poco culpable por mi decisión. Pero no es responsabilidad
tuya, hay decisiones que se toman solo una vez y a las que no hay vuelta atrás.
Pude haber sido un poco impulsiva, pero estaba lejos de tus posibilidades sacar
esas ideas de mi mente. Y es que me quisiste tanto y fuiste tan importante que
temí perder eso tan valioso, no quise quedarme a comprobar que fuera eterno.
Sabiendo que aquí el tiempo no corre bien valió la pena dar el golpe de timón y
conservar esos días de antaño que tan bien me hicieron.
Ya vendrá alguien con menos miedos que yo, alguien que de verdad te
merezca y te sepa entregar su alma. Yo no fui capaz, yo no pude y sabiendo que
te he fallado te pido perdón.
Te agradezco todo el tiempo, te tengo presente todo el tiempo. Basta
recordar tu sonrisa, el aroma de tu pelo o esa seguridad que tenían tus mano
para expresarme lo que tu corazón sentía para que me quebrante y, tal vez,
lance una lágrima o dos.
Y si, te agradezco el haber intentado comprenderme, tu sinceridad, tu
plenitud, esa inocencia. El ser el hombre ideal en tantos aspectos te hizo
inalcanzable para mí, ninguna persona en mi vida hizo lo que tú hiciste y
además en tan poco tiempo; tuve angustia, ansiedad y perdí el control.
Valoro inmensamente el que hayas acompañado a mis padres, a mi hermano
que siendo tan pequeño tan poco pudo entender. Me es muy grato saber que sigues
comunicándote con Mamá para saber como está. Gracias por esos regalos que vienes
a dejarme seguido a ese lugar tan gélido que es mi tumba, me encantan tus
palabras y esos versos tan hermosos que me cantas en cada ocasión. Volviendo un
poco atrás, nunca te dije lo bien que me hicieron esas flores que repartiste a
cada asistente aquel día y esas palabras sentidas describiéndome; si hubiese
sabido que eso era realmente lo que sentías tal vez las cosas habrían sido
distintas.
Debo pedirte perdón por haberte hecho llorar cuando la primera palada
de tierra golpeó mi féretro, y todas esas lágrimas que derramaste en el momento
que te avisaron que me habían encontrado en el departamento con la vista
perdida y cubierta de agua rojiza, o por hacer que hasta te doliera el cuerpo
durante casi un mes de tanto penar. Pero lo hecho, hecho está. Algún día nos encontraremos
y verás que después de todo las cosas están bien aquí, cuídate y sigue siendo
tú. Lo que ha pasado se ha ido, y lo que vendrá será siempre una oportunidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario