martes, 10 de octubre de 2017

Ampelmännchen

Conocía bastante bien las costumbres de ese país, tan estructurado, productivo y eficaz. Podía jactarse de hablar el idioma tan bien como un nativo, aún con la dificultad que presentaba su dominio para el resto de mundo.
Estaba bastante al tanto de las modas y del carácter de sus habitantes. Sin embargo, cada vez que se enfrentaba a un semáforo se preguntaba lo mismo: ¿Por qué el Ampelmännchen necesitaba un sombrero para cruzar la calle?

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