martes, 26 de julio de 2016

Empleado del mes

Con cincuenta y tres años de trayectoria era el más antiguo de los empleados de la empresa. Diplomas, llaveros, lapiceras, galvanos, relojes, en fin, todo tipo de reconocimientos repletaban su casa.
Su vigor no era el mismo, de hecho, médicamente había sido declarado muerto hace veinte años; pero necesitaba el dinero.
Su labor era muy simple, impedir que las resmas de papel de las impresoras del pasillo se desparramaran. En su silla de ruedas era el mejor pisapapeles humano que la organización hubiera contratado.

Su trabajo le enorgullecía muchísimo.

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