viernes, 29 de julio de 2016

De las celosas ni hablar

-Si con quien andas me dices,
puedo decirte quien eres.
- Jamás ando con mujeres.
- Pues, serás de los felices.

Es un ángel mi querida,
la adoro con todo esmero,
hasta en el Edén hay peros,
y uno tiene la elegida.
Es celosa, es aguerrida
si gustan se los precise.
Hasta ordena que le avise,
señalando muy conciso:
“Solo te daré permiso
si con quien andas me dices”.

Menudo problema el mío,
exigir explicaciones
cuando no entiende razones,
¿Dónde queda mi albedrío?
¿Para qué los amoríos?,
Soy feliz con sus quereres.
Pero, se enoja y sugiere,
mientras se arma de un sartén:
“Yo te conozco muy bien,
puedo decirte quien eres”.

Si intento calmar sus gritos
eso muy poco le place,
como púgil me deshace
a charchazos y a chirlitos;
transformando en meteoritos,
luego, todos mis haberes.
Mis posesiones y enseres
están rotos o maltrechos
aunque sabe que es un hecho;
jamás ando con mujeres.

Hacen burlas mis amigos,
me molestan los colegas,
en el barrio y en la pega
ni uno quiere hablar conmigo.
Nadie aspira a ser testigo
de este penar que maldice.
Solamente algo mal hice
fue darle el sí y hoy me entero;
que al permanecer soltero
pues, serás de los felices.

Por fin, no todo es tan malo
porque hay ratos de concilio
que hacen del amor idilio,
grande dicha y un regalo.
Al olvidarse del palo
entrega su corazón.
Si da al celo conclusión
muda en luz, alba y aurora,
y puedo elegir la hora
de acostarme en el sillón.

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