viernes, 15 de abril de 2016

Variaciones del sueño XII


En un balcón estamos ambos conversando con muchos amigos, la mayoría te conocen por primera vez y quieren saber quien es la mujer de la que tanto he hablado. Cada uno se fija en detalles distintos y analiza a su modo los pro y los contras de que estemos juntos. La mayoría se ve bastante contento y con aires de aprobación.
El Maestro parece estar presente desde fuera de su cuerpo, habla solo cuando es necesario y con muy pocas palabras.
Marta te lleva a un rincón y se encarga del protocolo. Comienza por adornar tu largo cabello dorado y tornasol con unas hermosas trenzas, armándolas con el mismo método que usaran mis ancestros muchas eras atrás.
Luego te prepara el vestuario y te maquilla el rostro. Poco a poco te vas transformando en la reina que serás a partir de hoy.
Sé que esto está sucediendo, pero no me está permitido verlo directamente. Solo imagino el progreso de la tarea que Marta ha asumido, en ti.
Pasa el tiempo, llueve, aclara, llueve, aclara. No pareces estar lista del todo, pero te me presentas hermosa, tímida y sublime. Esta imagen nadie la podrá sacar de mi vista. Casi no aguanto las ganas de darte un beso, pero las reglas no lo avalan y mi traje no es tan cómodo como para permitir que me acerque demasiado.
A partir de hoy todo será diferente, como patriarca de mi casta debo mantener a la escuela en alto y preocuparme de que nuestras tradiciones y métodos no se pierdan. Estoy confiado de que contigo a mi lado será absolutamente fácil. Estoy confiado en que nuestro cariño será inmortal. Estoy confiado en que siempre podré contar contigo. Estoy confiado en que seremos el matrimonio perfecto. Estoy confiado de que contigo podré formar la más hermosa familia.
El Maestro se me acerca y susurra algo en mi oído, como queriendo sacarme de mis pensamientos.
Me pone la katana al cinto y me dice que me debo hacer responsable de eso desde ahora y darle solución a la brevedad.
Te miro a los ojos.
Puedo solucionarlo, pero no estoy seguro de si así lo quiero.

No hay comentarios:

Publicar un comentario