sábado, 5 de marzo de 2016

El día que (RE) conocí a Su

Su llevaba un vestido blanco, tejido.
Nos sentamos en una banca de color celeste pálido.
Con su mano derecha acogió mi mano izquierda y de ambos brotó una energía poderosa, mezcla de las vitalidades de ambos que se potenciaban. 
La mía azul, la de Su, roja.
Un brioso rayo de color lila nos envolvía.
Al despertar casi no teníamos ropajes y estábamos así, vulnerables, limpios y sobre todo felices. 
En la cabeza de Su había una malva rosada, flor similar a ella misma en belleza e intensidad.
Sobre mí testa una boina gauchesca.
Y allí, en el sur, nos quedábamos mirando en medio del silencio. 
El silencio es el lugar donde Su más cómoda se siente, es para ella un placer cuidarlo y respetarlo.
Sin decirme nada, Su me lo dijo todo. 
Seguiré estando bendito, en esta vida y en otras más.

https://www.youtube.com/watch?v=FSKwrdSMnvs

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