viernes, 5 de julio de 2013

Pajarito de cinco velocidades y sin reversa


Del primer momento en que supo que pintaba me pidió que le dibujara una pájaro cualquiera, sin detalles, sin grandes exigencias técnicas.
Hace unos días justo llegó a casa y me encontró con el pincel en la mano, si que procedí a hacerle el mejor dibujo que mi habilidad permitiera. Tomé la hoja de alto gramaje y la aseguré al trozo de madera que me serviría de bastidor con cinta adhesiva, siempre con gran cuidado. Fui escurriendo el agua sobre el mismo hasta que me aseguré de que no se doblaría al recibir la humedad de la acuarela.
Hice el boceto con el lápiz grafito y fui incluyendo detalles, el pajarito (de raza inventada y mezcla de varias aves de mi imaginario) comenzó a tomar forma. Así, lo que no era nada más que unas líneas casi azarosas se transformó en un precioso animal creado a través de trazos hiper realistas.
Quité el pincel del papel y comenzó a sacudir las alas, con sus patas la tomó a ella y se la llevó a través de la ventana que dejé abierta para que entrara aire.
De ahí en adelante jamás la volví a ver.

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