Hace unos días justo llegó a casa y me encontró con el pincel en la
mano, si que procedí a hacerle el mejor
dibujo que mi habilidad permitiera. Tomé la hoja de alto gramaje y la aseguré
al trozo de madera que me serviría de bastidor con cinta adhesiva, siempre con
gran cuidado. Fui escurriendo el agua sobre el mismo hasta que me aseguré de
que no se doblaría al recibir la humedad de la acuarela.
Hice el boceto con el lápiz grafito y fui incluyendo detalles, el
pajarito (de raza inventada y mezcla de varias aves de mi imaginario) comenzó a
tomar forma. Así, lo que no era nada más que unas líneas casi azarosas se transformó en un precioso animal creado a través de trazos hiper realistas.
Quité el pincel del papel y comenzó a sacudir las alas, con sus patas
la tomó a ella y se la llevó a través de la ventana que dejé abierta para que
entrara aire.
De ahí en adelante jamás la volví a ver.
No hay comentarios:
Publicar un comentario