Nunca le conoció. O, en realidad, no se acordaba.
Se fue cuando era muy pequeño. Miraba de cuando en cuando
esa foto que le habían regalado, casi, de contrabando.
Entre todas las mujeres, las jóvenes que aparecían sonriendo
ella era la única con jumper. Una calcetinera con un peinado que hoy sería de
lo más usual, con una guitarrista en cada flanco.
En sus manos un acordeón.
Se preguntaba, cada vez que veía a su madre: ¿Qué canción
habrán estado tocando?
No hay comentarios:
Publicar un comentario