viernes, 10 de febrero de 2012

Visita bienvenida

Tú, voladora fantasía escurridiza cubierta de velos y alada. Tú, esquiva metáfora que persigues a unos pocos. Tú, que me sacas de la tierra y me levantas hacia el cielo. ¿Dónde has dejado a tus ocho hermanas restantes?
Me envuelves, tu aroma intenso lo puedo sentir, ya sé cuando vienes y presiento cuando te acercas.
Dos generaciones, hijas de progenitores distintos pero con el mismo deber que cumplir. Me agradan tus visitas pues generalmente me llevan a sitios interesantes que no había descubierto y me hacen desarrollarme cada día.
Te ocultas en un lápiz, tras alguna herramienta, en las hojas, en un color especial de acuarela, a veces en las cuerdas de un instrumento. Quien sabe en cuantos lugares podré encontrarte a futuro, queda mucho tiempo por recorrer aún en tu compañía. Cambias de forma y a veces hasta te he tomado de la mano, es más, muchas veces te he besado con pasión. El nombre con que a tí se refieren ha cambiado a través del tiempo, un día eres la que ofrece gloria. Otro la celestial. La de bella voz alguna que otra ocasión. Personalmente me gusta llamarte la de muchos himnos, pues cuando te lanzas a cantar uno es cuando empiezo a enfrentar un nuevo desafío.
Tracia, Pieria y el Olimpo han sido tus hogares, te han alabado y rendido culto en cada uno de ellos, aún así no es difícil encontrarte en otros sitios.
Me has visitado hoy, una vez más, mi querida musa vestida de múltiples colores llamativos.

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