viernes, 5 de febrero de 2021

Carmesí

 

Pocas veces he visto la espalda de ese pequeño jeep de color carmesí, hiriéndome con la indiferencia de no querer despedirse.

Pero cuando sucede me deja con un nudo en la garganta, con alguna lágrima a punto de estallar y un borbotón de palabras intensas en la mente.

La visión dura apenas unos segundos y se extingue entre las curvas y desniveles de la altura de la ciudad.

El llamado a abordaje de algún vuelo me hace despertar, el chillido de las ruedas de la maleta que empujan mis brazos agarrotados o el recuerdo de alguna canción que comienzo a tararear por haberse transformado en el himno de esta estadía.

Cada vez que veo la espalda de ese pequeño jeep de color carmesí me pregunto: ¿Por qué me voy esta vez?

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