miércoles, 2 de septiembre de 2020

Casa


Casas portátiles era el titular del periódico. Lo compré para enterarme de las noticias. En cuanto vi aquel invento, una casa plegable que cabía en un bolsillo, quise comprar una. Se lo conté a mi esposa, la que me dijo que gastar en algo así era ridículo. Dijo que, como siempre, la dejaría tirada luego de un par de usos, que era algo innecesario, que los gastos del colegio y muchas otras cosas. ¿Por qué este tipo de lujos no le están permitidos a un caracol cómo yo?

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