Se subió al primer carro del tren, un grupo de
cantantes improvisaba en fristail:
“No somos delincuentes,
con rimas consistentes, llou,
mi poesía ardiente,
la hago, la hago
poesía improvisada,
jamás igualada”…
Se bajó del tren a la espera del que venía
atrás. Otro grupo de cantantes improvisaba en fristail:
“No somos delincuentes,
con rimas consistentes, llou,
mi poesía ardiente,
la hago, la hago y
poesía improvisada,
jamás igualada”…
Llegó a la estación donde debía hacer
transbordo. Cambió de línea y se encontró con un tercer grupo de cantantes que
improvisaba en fristail:
“No somos delincuentes,
con rimas consistentes, llou,
mi poesía ardiente,
la hago, la hago
poesía improvisada,
jamás igualada”…
Se sorprendió de la variedad y versatilidad
que el género ofrecía.
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