- ¿Cuándo lo vamos a sacar de la Casona? – Preguntó Carín, con tono de
irritación.
- Eso pregúntaselo a él.– Respondió Aquiles, con cierto enojo.
Diómedes parecía no prestarles atención, a pesar de que hablaban a un
volumen intencionalmente alto, uno con mucho enojo y el otro con mucho cariño
hacia su amigo.
Peña ignoraba que quisieran expulsarlo del lugar y de la comunidad, por
ahora solo le eran importantes las verduras y legumbres del huerto.
- Tiene que irse, mañana a más tardar. –Sentenció Carín.
- Si se va, seguramente no le veremos de nuevo. ¿De veras quieres hacer
esto?
- Totalmente, ya no lo soporto.
Diómedes dejó el pequeño rastrillo en el suelo y arrancó tres lechugas.
En seguida, como si de piedras preciosas se tratara, cosechó algunos tomates.
Con gesto serio se dirigió hacia Jeria y Carín.
- El alimento nutre el cuerpo, las palabras nutren la mente. Sé que no
tienen idea lo que es potaje, pero potaje almorzaremos. Cuando lo coman
nutrirán su cuerpo, cuando les explique lo que significa, su mente; par de gaznápiros
palurdos.
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