… Ambos autos estaban configurados con características idénticas.
Emerson estaba siendo consistentemente más rápido que Klost en las pruebas por
la pole, pero seguía y seguía corriendo en un obstinado intento por sacarle
tres segundos de ventaja.
No estoy hablando de una ventaja menor, estoy hablando de tres
segundos; diferencia que en carrera puede costarte más de diez puestos en la
grilla.
Ya tenía la pole asegurada, a Klost no le quedaba combustible y no
alcanzaría a completar un último intento. Emerson se lanzó a la pista como un
loco, como un poseído por el demonio.
Sacó tres segundos y dos centésimas de ventaja.
Volvió a pits, se metió a su remolque y no salió de allí. Pasaron cuatro
horas cuando recién le vi, estaba pálido, los ojos enormes.
Me abrazó y me lo contó todo.
Estaba aterrado, creyó ver a la misma muerte caminando por la pista y
en el reflejo de su retrovisor.
Nunca hablé de este asunto antes y creo que Emerson no se lo comentó a
nadie en el equipo…
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