Doncella hermosa y querida
No acepto mi triste suerte,
¿Cómo no poder quererte
a tí, razón de mi vida?
Con la voluntad dolida
llevo este dolor tan fuerte,
que se parece a la muerte
mientras siento tu partida.
Fue una relación florida,
privilegio el conocerte,
solo a mi lado saberte
despertó a mi alma dormida.
Volverás, lo sé, algún día
perdido nunca he de haberte,
el tiempo grita que al verte,
regresará mi alegría.
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