A veces te despiertas y, no obstante, te quedas acostado más del tiempo
necesario, retrasando así toda tu jornada. Para rectificar este ocasional
regaloneo le quitas tiempo al desayuno y por lo mismo comes menos o bien
decides tomar un taxi en vez del habitual bus con el fin de intentar llegar a
tiempo al trabajo. Si llegas tarde, te quedas a compensar la deuda a tu jefe
con un extra en la tarde o acortando el almuerzo.
A veces una palabra se te queda pegada en la boca y en la mente y la
pronuncias hasta que ya pierde sentido. Entre más larga sea o menos la uses más
susceptible es que pase por este proceso. Las esdrújulas y sobre esdrújulas son
las potenciales víctimas que más prefieres por ser más vulnerables a
desarmarlas en sílabas
A veces se te viene una idea formidable a la cabeza y la escribes de
inmediato sin importar nada más. Tristemente, no siempre recuerdas grabarla en
el computador. Es una lástima que eso suceda, pero en más de una ocasión se ha
dado el caso.
A veces te acuerdas de ella y los momentos gratos que pasaron juntos,
la acaricias en tu imaginar y desearías haber hecho las cosas de un mejor modo.
Pides persón por tus errores y le agradeces mentalmente todo; después algo te
distrae y te devuelve a tu cotidiano.
A veces vas por la calle, en el Metro, o en verdad en cualquier lugar
donde haya gran cantidad de gente, y al mirar a la rápida a un desconocido
crees ver el rostro de un pariente cercano ya muerto hace años. Te reincorporas
y diriges la vista a otro lado con disimulo ante la cara curiosa del extraño.
A veces piensas en que pasaría si te dedicaras a otra cosa nueva y no
explorada. Vas lanzando líneas y planeando el quehacer. Sacas presupuestos y
evalúas la viabilidad del proyecto en cuestión. Te gusta hacer de todo un poco
y disfrutarlo, pero miras a tu alrededor y encuentras una serie de cosas
pendientes.
A veces ves una mujer bonita en la calle y le hablas. Tienes buena
llegada y eres de conversación interesante. Terminan en un café charlando de
cualquier tema simpático, el tiempo corre de otro modo y te das cuenta de lo
feliz que te hace conocer gente nueva de forma azarosa. Puede que retengas el
número de teléfono como que lo olvides, puedes llamarla o perder la motivación.
A veces lees mal y no entiendes un carajo el sentido de las frases
literarias, retrocedes un poco en el texto y te ríes por no haber sido capaz de
comprender a la primera. Empiezas a leer más lento y con mayor precisión, te
haces consciente de las ideas y las retienes.
A veces te quedas mirando el celular con cara de idiota y marcas un
número que sabes está prohibido. Dudas, pero marcas igual. Las consecuencias
son atroces para ambas partes involucradas, la intención de arreglar las cosas
por si solas no es suficiente cuando el aire está enrarecido.
A veces te estás quedando dormido y tu mente sigue funcionando. Casi en
sueños te llegan melodías y piensas con total fatiga: Que excelente canción
sería esta! Y sabes que se te olvidará. Por la mañana algo recuerdas, si la
guitarra es amable contigo das con el tono y has creado algo nuevo.
A veces te pones a pensar en el tiempo, en su relatividad y en que no
puedes ni crearlo, ni comprarlo, ni almacenarlo y que todos sin excepción
tienen un día con el mismo número de horas. Cuando dejas de pensar te das
cuenta de que has perdido tiempo valioso.
A veces quieres decir algo y te enredas, te vas por la tangente y se te
olvida lo principal. Terminas diciendo cosas prescindibles y no logras
determinar hasta que punto transmitiste el mensaje. Es difícil comunicar y lo
tienes más que claro, hay que manejar mejor los nervios y el miedo,
especialmente.
A veces te miras al espejo y ves al ser humano más hermoso del planeta,
para los demás es ostensible la energía que transmites y te sientes caminando
sobre una nube. Todo sale muy bien y te sientes pleno y lleno de vida.
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