Quise ignorarlo, pero me quitó el sueño y hoy amanecí desganado y sin ánimo.
Me costó levantarme por su culpa. Y en cada momento, crece y crece tomando mayor fuerza.
Sé que tengo que enfrentarlo y hacerme responsable, ya no lo soporto más.
Debo confesar, aunque me pese tanto y me cueste admitirlo:
TENGO FRÍO...
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